Los hipertensos y diabéticos suelen ser los más afectados. Son difíciles de diagnosticar porque la hemorragia es interna
Las hemorragias oculares pueden presentarse a cualquier edad por culpa de un golpe, un esfuerzo físico muy grande o un cuadro severo de estrés. Generalmente, no afectan la visión; sin embargo, si se originan por un cuadro de hipertensión o diabetes el diagnóstico varía considerablemente.
El oftalmólogo Javier Villalobos, de
"A veces se producen por levantar un paquete muy pesado, por vómitos exigentes o traumatismos menores; pero no por eso, deben pasarse por alto. El paciente debe ser examinado por un especialista, a fin de recibir el tratamiento más adecuado. La automedicación no está justificada, en ningún caso, podría complicar el cuadro clínico", advierte.
Tras señalar que las externas son muy peligrosas porque el sangrado es a nivel de la retina y puede desencadenar la pérdida de la visibilidad. Los hipertensos y diabéticos suelen ser los más afectados. Son difíciles de diagnosticar porque el paciente no presenta ojos enrojecidos ni molestias oculares.
"El examen de fondo de ojo es la única manera de diagnosticar este tipo de hemorragias. Las personas con presión alta y diabéticas deben realizarse este chequeo, una vez al año, como regla general", manifiesta el doctor, quien señala que existen diversos tratamientos para evitar que el sangrando cause ceguera. La aplicación de láser y la cirugía son dos excelentes alternativas para que el paciente conserve la visibilidad.
TIP
Si su ojo está inflamado tarda entre
Video recomendado
Comparte esta noticia