Ser mamá no es tarea fácil, gestar en el vientre vida que trascenderá creando más vida en un futuro, demanda una toma de conciencia y una gran responsabilidad. En gran medida la formación de ese bebé depende de la madre, de la nutrición que ella ofrezca durante la gestación y luego en cada etapa de su vida. Es la mujer quien suele asumir el rol de la alimentación familiar, ella decide qué se compra en el mercado, qué menú familiar se elaborará en la semana, qué lonchera llevará el niño o el universitario.Esa decisión no solo se puede basar en los gustos y preferencias de la familia, sino que principalmente debe ser pensada en las necesidades que tiene cada miembro. Eso requiere del esfuerzo diario de la madre que se preocupa por buscar lo mejor en cada compra, en cada preparación, en cada aderezo, para cumplir ese gran reto de tener a la familia bien alimentada y feliz.El amor de madre responsable congrega a la familia alrededor de una mesa, para que al tiempo de disfrutar una buena comida, compartan un momento generoso donde todos se escuchan y comparten experiencias.Cuando esto se da, esa nutrición no solo alcanza cada célula del organismo de las familias, sino que imprime hábitos de alimentación y buenos recuerdos que protegen la salud física y mental. Lo mejor de todo es que esos hábitos pueden pasar de generación en generación formando cada vez más personas sanas y felices.Hoy querida mamá te animo a que ese reto diario mantenga el esfuerzo de lograr una buena nutrición, que cultives buenos hábitos de alimentación y que muestres tu amor con cada detalle en tu mesa.Dedico estas líneas a todas las mujeres que tienen la gran responsabilidad de encargarse de la alimentación de sus seres queridos, contribuyendo así con el desarrollo de una mejor sociedad.