La orina, ese líquido de color amarillo que viene a ser un desecho humano, puede utilizarse y tener un fin provechoso.
La ciencia ya lo ha probado. Por ejemplo, la orina ha sido empleada como fertilizante, una práctica que se ha extendido en Asia.
Sobre este tipo de uso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha recomendado almacenar el líquido antes de emplearlo en los cultivos.
En el caso de un huerto en casa, la entidad sanitaria, sugiere que el desecho se almacene durante un mes para permitir que se eliminen posibles agentes dañinos a la salud.
En tanto que si la orina va a ser llevada al uso industrial, la espera debe ser de al menos seis meses.
Se conoce así que esta secreción líquida, secretada por los riñones, no solo nos puede dar aviso de infecciones y enfermedades, también puede tener otros usos. BBC Mundo preparó un artículo donde explica 5 formas curiosas en que la ciencia le ha sabido sacar ventaja.