La intervención, dirigida a pacientes con deformaciones o dismetrías en las extremidades, es muy dolorosa, pero se hace muy popular por razones estéticas.
La operación de alargamiento óseo, dirigido a personas con deformaciones o dismetrías en las extremidades, se hace cada vez más popular por razones estéticas, es decir, la solicitan aquellas personas que quieren alcanzar una mayor estatura.
BBC Mundo contó el caso del colombiano Esteban Ordóñez, quien se sometió a esta intervención, porque vivía acomplejado con sus 1,61 metros e incluso tenía un problema psicológico.
Él fue atendido en el Centro Ilizarov de traumatología restaurativa y ortopedia en Kurgan, Rusia, donde pasó 5 meses solo, mientras lograba incrementar su estatura en 5,5 centímetros.
La operación. Los médicos le fracturaron las dos tibias y le colocaron dos aparatos fijadores externos unidos al hueso mediante dos tornillos largos. Cada día Esteban iba creciendo milímetro a milímetro.
El tratamiento. El proceso es muy doloroso y requiere periodos de reposo mientras el hueso se regenera y se consolida. Además, son necesarios unos ejercicios de rehabilitación muy exigentes para evitar que las articulaciones pierdan movilidad.
Ordóñez estuvo con los aparatos colocados dos meses y al principió tomó calmantes para el dolor, según dijo a BBC Mundo. El joven colombiano también atravesó una depresión y perdió 15 kilos, pero no se arrepiente porque ahora dice sentirse bien consigo mismo.
Exámenes previos. Antes de la operación el paciente pasa por unas pruebas generales para descartar alguna enfermedad o contraindicación que pueda complicar la intervención, explicó el cirujano ortopédico Alejandro Baar, médico chileno que realiza intervenciones de alargamiento óseo, generalmente a pacientes con deformaciones o dismetrías en las extremidades.
La persona que aspira a "crecer" también es examinada por un psicólogo y se le informa sobre eventuales riesgos que podrían ocurrir, como infecciones, rigideces en las articulaciones o que se fracture el hueso.
Disforia de estatura. La operación de alargamiento óseo por motivos estéticos suele ser demandada por personas con tallas bajas "constitucionales", pero sanas. Sin embargo, también están aquellas con un problema de percepción psicológica.
"La disforia de estatura es un desorden relacionado con la imagen corporal. El paciente se percibe como bajo, independientemente de su altura real y de cómo lo ven los otros", señaló el doctor Dror Paley, exdirector del Centro Internacional de alargamiento de extremidades del Hospital Sinaí, en Baltimore.
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