Diagnóstico se basa principalmente en la apariencia de la piel y los antecedentes de exposición a un irritante o alérgeno.
En nuestro quehacer diario solemos estar en contacto con objetos metálicos, materiales de construcción o elementos quirúrgicos, además de sustancias químicas, detergentes o antisépticos; que pueden provocar reacciones abruptas en forma de alergias o inflamaciones en la piel.
Según la doctora María Pajuelo, dermatóloga del Hospital Rebagliati, la afección más frecuente ante el contacto del cuerpo con algunos de los componentes mencionados, es la dermatitis, la misma que se caracteriza por una inflamación en la piel con síntomas peculiares en cada paciente.
“Las personas con mayor riesgo a presentar dermatitis son aquellas que se desempeñan como albañiles (cemento y otros materiales), estilistas (tintes y químicos); amas de casa (detergentes u otros productos de limpieza); mujeres en general (cosméticos, joyas), personal de salud (guantes de látex, jabones, sustancias antisépticas)”, entre otros, advierte.
Los tipos de dermatitis más comunes son: la dermatitis irritante y la dermatitis de contacto alérgica. En ambos casos, la doctora Pajuelo señala que los síntomas pueden incluir picazón (prurito) de la piel en áreas expuestas, enrojecimiento o inflamación de la piel, sensibilidad y erupción o lesión cutánea en el sitio de la exposición.
Cuidado de la piel
“El diagnóstico se basa principalmente en la apariencia de la piel y los antecedentes de exposición a un irritante o alérgeno. Un dermatólogo puede solicitar un test cutáneo para identificar la causa de la reacción”, agrega.
El tratamiento inicial incluye el lavado cuidadoso con agua para retirar cualquier rastro de irritante que pueda haber quedado en la piel. Adicionalmente, la doctora Pajuelo aconseja utilizar un jabón apropiado que no sólo limpie, si no que sea antiséptico.
“La dermatitis de contacto suele desaparecer sin complicaciones al cabo de dos o tres semanas, pero puede reaparecer si no se identifica y evita la sustancia o material causal” afirma la doctora.
Sin embargo, si el prurito y la inflamación persisten y se identifica la sustancia u objeto que lo produce, hay que evitar el contacto con ellos, sin descuidar el tipo de jabón para la higiene diaria. Si los malestares no ceden, es probable que se requiera una evaluación más profunda y un tratamiento farmacológico debidamente supervisado por un médico, finaliza la dermatóloga.
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