Presidente de la Asociación Peruana para Promover la Investigación Clínica (Apicc) aseguró que todos los ensayos se desarrollan dentro de la más estricta rigurosidad.
Armando Calvo Quiroz, presidente de la Asociación Peruana para Promover la Investigación Clínica (Apicc), defendió los ensayos médicos que se vienen haciendo en menores de edad, frente a los cuestionamientos que surgen desde la opinión pública y otros sectores.
"Las investigaciones en niños se han venido haciendo, pero se necesitan continuar", afirmó el galeno en entrevista con RPP Noticias.
Argumentó, por ejemplo, el caso de los "niños mariposa", a quienes la piel se les descascara y tienen mucho sufrimiento por su condición. En ese caso, dijo, las investigaciones van por el lado del trasplante de células madre que tienen que ser probado en niños, para determinar su eficacia.
Asimismo, mencionó que las pruebas con el Lactobacillus (bacteria presente en las heces de los mamíferos y en el yogur probiótico) en menores de la comunidad selvática de Santa Clara, se justifica porque se buscan disminuir las infecciones en un ambiente donde hay muchos episodios de diarrea.
Calvo Quiroz aseguró que "todas las investigaciones se vienen desarrollando dentro de la más estricta rigurosidad", pues -remarcó- no se pueden hacer sin la aprobación del Instituto Nacional de Salud (INS).
"No pueden haber investigaciones informales, y si hubieran tendrían que liquidarlas, porque esos datos no son válidos para la ciencia", sostuvo.
"NO COMPRAMOS PERSONAS"
En ese sentido, dijo que el anuncio del Ministerio de Salud (MInsa) respecto a una exhaustiva revisión de los ensayos clínicosrealizados con menores de edad y poblaciones vulnerables, coinciden en que ya venían programando hacer modificaciones al Reglamento de Ensayos Clínicos para reforzar la protección de los niños, y además busca dar tranquilidad a la población.
Negó también que se trate de "comprar” a quienes participan en ensayos clínicos, y dijo que las veces en que se han regalado canastas de víveres, eso ha sido posterior al consentimiento informado de los involucrados.
Anotó que de acuerdo a la legislación, ambos padres deben dar la autorización para que sus hijos participen en las experimentaciones médicas, pero además los niños mayores de 8 años "pueden decir que no" pese a la aprobación de los progenitores.
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