Llúcia González Safont , Fisabio ; Marisa Estarlich Estarlich , Universitat de València y Marisa Rebagliato Ruso , Universitat Jaume I
Nuestro nivel de ingresos, el trabajo que desempeñamos o las condiciones materiales de nuestro hogar podrían estar afectando a la salud mental de nuestros hijos e hijas sin que seamos conscientes de ello.
Este proceso se conoce como desigualdad social en la salud , y depende de características económicas, sociales o de género, entre otras. Normalmente son injustas, evitables y suelen perjudicar a las personas más vulnerables.
Para intentar analizar esas desigualdades sin dejar ningún cabo suelto resulta bastante útil recurrir al Modelo Multinivel de Dahlgren y Whitehead (1992) . Este modelo representa mediante capas concéntricas a los individuos, las conductas personales y estilos de vida, las influencias sociales, los servicios de salud, las condiciones de vida y de trabajo. Por encima de todos estos niveles coloca el contexto económico, político, cultural y físico o medioambiental, que es más difícil de cambiar.
En el caso de los niños y niñas, el modelo se queda corto. Porque hay que tener en cuenta otro factor de peso: el entorno familiar, un ámbito lleno de interacciones que es más fácilmente modificable a corto plazo que los factores estructurales. Un interesante trabajo incorporó estas relaciones en el modelo de las desigualdades, que quedaba como sigue.
Figura 1: Modelo mixto de desigualdades de Pearce et al.: https://adc.bmj.com/content/104/10/998.abstract.
Investigando en salud infantil
La mejor forma de saber cómo afectan las desigualdades a las familias, y en especial al desarrollo de sus hijos e hijas, es observándolas. Pero para poder extraer conclusiones se necesita observar a muchas, muchísimas familias.
Una buena forma de hacerlo es a través de los estudios de cohortes , que realizan un seguimiento periódico de sus participantes. En cada toma de contacto, describen el entorno y la salud a través de cuestionarios sobre estilos de vida, mediciones de exposiciones ambientales y pruebas de salud.
El Proyecto Infancia y Medio Ambiente (INMA) es un estudio de este tipo, que comenzó con el objetivo de describir los efectos de los contaminantes ambientales en la salud pero, con el tiempo, también ha analizado las desigualdades sociales .
Riesgo de pobreza o exclusión, entorno familiar y salud mental en la infancia
A raíz de nuestro estudio observamos que, a mayor riesgo de pobreza o exclusión social, más síntomas de problemas de salud mental aparecen en la infancia.
Además, comprobamos la enorme importancia que tiene el entorno físico y social en los problemas emocionales de los niños y niñas, incluyendo recursos comunitarios como parques infantiles, el contacto con el pediatra o el apoyo social de la familia. Una peor percepción del entorno físico y social se relacionó con más síntomas de problemas emocionales.
Otros factores importantes del entorno familiar son el estrés y el perfil parental. El estrés parental puede verse incrementado en situaciones de escasez económica. Este estrés agrupa conceptos como la forma en que se resuelven los conflictos en el hogar, si se discute mucho, o si los padres y madres se agobian más por la crianza.
En cuanto al perfil parental, engloba elementos como la percepción e implicación como madres y padres, la asertividad o los conocimientos sobre el desarrollo infantil.
Ambas características intervienen en la relación entre riesgo de pobreza o exclusión social y salud mental infantil. En nuestro caso, encontramos que el estrés y el perfil parental explicaron el 42 % de la relación para problemas como la ansiedad, depresión, retraimiento o somatizaciones. Para problemas de agresividad y conducta, el contexto familiar explicó el 62 %.
Figura 2: Mediación. Si en la relación entre riesgo de pobreza o exclusión social (a) y salud mental infantil (b) consideramos los factores de entorno familiar (c), la relación entre (a) y (b) varía en una proporción.
Propuestas a largo plazo
Combatir la pobreza estructural , con ayudas que podrían incluirse a través de la Reforma Laboral (subida del salario mínimo, mejora de la búsqueda de empleo…).
Luchar contra la pobreza infantil. Actualmente se está trabajando en el Programa de Garantía Infantil Europea . Algunas iniciativas que deberían incluirse en él son mejorar el acceso al Ingreso Mínimo Vital, flexibilizar las jornadas laborales o incentivar la conciliación laboral.
Mejorar la salud mental. Recientemente se ha presentado una ley de salud mental en el Congreso. Sin embargo, no cuenta con propuestas para mejorar la salud mental en la crianza.
Propuestas a corto plazo
El entorno familiar es un factor clave. Abrir un espacio de diálogo a través de escuelas de Parentalidad Positiva puede ser fundamental. Este entorno permitirá que todos los miembros de la familia puedan sentirse escuchados. Además, ayuda a gestionar el estrés de la crianza y contribuye a que madres y padres se sientan más seguros y cómodos en sus roles.
Fomentar el tejido social, y el acceso a los servicios básicos en los barrios . Esto se puede abordar tanto desde un punto de vista asociativo como institucional. Ambos tipos de entidades pueden contribuir a mejorar el entorno físico y social.
En suma, para luchar contra las desigualdades y los problemas de salud mental infantil es importantísimo apoyar tanto a la familia como a la comunidad.
Llúcia González Safont , Investigadora del Ciber en Epidemiología y Salud Pública y miembro de la Unidad Mixta de Investigación en Epidemiología, Ambiente y Salud FISABIO-Universitat Jaume I -Universitat de València, Fisabio ; Marisa Estarlich Estarlich , Profesora ayudante doctor, Universitat de València y Marisa Rebagliato Ruso , Profesora Titular, Universitat Jaume I
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation . Lea el original .