La cirugía es el tratamiento más usado en pacientes con cáncer de mama. Sin embargo, la mastectomía (o extirpación del seno) es una práctica cada vez menos usada pero impactante en la salud emocional y psicológica de las pacientes.
Cada año se reportan 5 mil casos nuevos de cáncer de mama en el Perú. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este mal es el tipo más frecuente entre las peruanas, superando las cifras de la neoplasia que afecta al cuello uterino y representando casi el 20% del total de casos de cáncer.
Al año, mueren más de 600 mil mujeres por esta enfermedad en el mundo. Pese a estas desalentadoras cifras, el 95% de casos que se detectan a tiempo y siguen el tratamiento adecuado pueden superar la enfermedad. Dependiendo de la etapa en la que se diagnostica, los pacientes de cáncer de mama pueden recurrir a tratamientos que van desde la cirugía y la inmunoterapia, pasando por la radioterapia y la quimioterapia.
Si bien la mastectomía, o extirpación de uno o los dos senos, es una práctica cada vez menos usada en las pacientes oncológicas, es parte del tratamiento para casos específicos. En esas pacientes, las secuelas psicológicas son igual de difíciles de lidiar que la misma operación.
Flor de María Arrunátegui, psicooncóloga del Centro Oncológico ALIADA, explica que el significado de los senos para la mujer está vinculado, casi siempre, con la imagen corporal y la feminidad de la mujer. “Ante la amputación de una, o ambas, lo primero que se tiene que hacer es preguntar a la paciente por sus temores ante esta situación, así trataremos de saber cuál es el temor básico y trabajar sobre este”, afirma.
Para la especialista, son muchos los temores a los que se enfrenta una mujer que tiene a la cirugía como principal salida para derrotar al cáncer de mama. “Algunos pensamientos intrusivos de las pacientes, posteriores a una cirugía que conlleva una amputación, son el temor a la imagen corporal (¿cómo me veo frente al espejo?) y a la sexualidad (No quiero que mi pareja me vea desnuda)”, asevera.
Arrunátegui resalta la importancia del apoyo psicológico individual y el trabajo con la pareja, para desarrollar y fortalecer la autoestima de la paciente.
LA CIRUGÍA NO ES LA ÚNICA OPCIÓN
Silvia Falcón, directora de la Unidad Interdisciplinaria de Cáncer de Mama de ALIADA, explica que si bien la cirugía siempre es parte del tratamiento, no es el único y depende de la etapa en que se diagnostica.
“Tenemos la radioterapia, quimioterapia, terapias biológicas, terapias antiestrogénicas y su aplicación está determinada por el estadio en el que se encuentre. En estadios iniciales, después de operarse, se hace un tratamiento para disminuir el riesgo que el cáncer regrese. En el caso de una enfermedad metastásica, se debe controlar y monitorear durante los 4 meses siguientes para saber si el tratamiento está haciendo efecto”, comenta.
Actualmente el tratamiento más usado es la tumorectomía, que consiste en el retiro del tumor y el uso de baños de radioterapia complementado con fármacos para evitar que el cáncer regrese.
RECONSTRUCCIÓN MAMARIA
Falcón resalta que actualmente ya no se deberían realizar mastectomías porque se ha demostrado que es igual que la cirugía de conservación. “Es importante recordar que siempre se debe buscar segundas opiniones para que no se realicen mastectomías innecesarias”, menciona.
Dependiendo de la paciente y su estado emocional, la reconstrucción mamaria puede ser una solución casi inmediata.
“La paciente puede salir de la sala de operaciones con su implante o expansor. También tiene la opción de realizarse este procedimiento una vez terminado todo el tratamiento. La prioridad es que el tratamiento de cáncer no se vea afectado por el implante. Se debe considerar que a veces el implante puede impedir la radioterapia, por lo que en estos casos se debe esperar”, finaliza.
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