Ensayos clínicos de Truvada demostraron que, tomado diariamente, puede reducir el riesgo de contagio de VIH hasta en 73%.
La utilidad de Truvada en reducir el riesgo de contagio de VIH fue uno de los hitos médicos hace algunos años. Ahora expertos de la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) en Estados Unidos, recomiendan que el uso de este fármaco se extienda a personas sanas consideradas en alto riesgo de contraer el virus.
Truvada combina dos fármacos antirretrovirales (tenofovir/emtricitabine) que se usaban por separado en pacientes VIH positivos. En caso de que se produjera la aprobación, sería la primera vez que un antiviral es utilizado en individuos sanos para la prevención de la infección.
Los ensayos clínicos del fármaco han demostrado que, tomado diariamente, puede reducir el riesgo de contagio de VIH hasta en 73%.
El fármaco no está diseñado para reemplazar a los condones o a otros métodos de protección y en todos los estudios se recomendó a los participantes utilizar otros métodos de prevención de contagio.
¿Cómo funciona?
Truvada está compuesto por una clase de medicamentos contra el VIH llamados inhibidores nucleósidos/nucleótidos de la transcriptasa reversa (INTR). Los INTR bloquean la transcriptasa reversa, una proteína que el VIH necesita para hacer más copias de sí mismo. Esto puede retrasar el avance del VIH.
¿Para qué pacientes está aprobado?
La Administración de Alimentos y Fármacos (FDA) aprobó el uso de Truvada en combinación con otros medicamentos contra el VIH para el tratamiento de la infección por este virus en adultos mayores de 18 años. Truvada no ha sido probado en niños.
¿Cuáles son los efectos secundarios?
Es probable que se presenten náuseas, vómitos, diarrea, flatulencia, dolor de cabeza, decoloración cutánea. Incluso pueden haber efectos secundarios más graves como problemas renales, insuficiencia hepática y problemas óseos.
Temores
Según la cadena de noticias BBC, algunos expertos, han expresado dudas sobre la prescripción de Truvada como estrategia de prevención. Su uso, dicen, podría conducir a conductas sexuales de riesgo en personas que se sienten protegidas con el medicamento.
Además se teme que el uso más extendido, o el mal uso, del fármaco incremente el riesgo de que surjan nuevas cepas del VIH resistentes a los tratamientos disponibles.
Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA), en todo el mundo hay unas 2,7 millones de nuevas infecciones de VIH cada año.
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