Los obreros industriales están expuestos a más de 70 decibeles en tan solo 24 horas y muchos de ellos no utilizan protectores auriculares adecuados.
Los obreros industriales están expuestos a ruidos de graves vibraciones que dañan tanto su oído como su cerebro. La normativa peruana exige que se utilicen audífonos especiales y algunos trabajadores solo se cuidan los oídos con pequeños tapones naranjas. Lo recomendable es que una persona perciba hasta 45 decibeles de ruido en promedio para no sufrir de estrés o pérdida de audición. Ellos están expuestos a más de 70 decibeles al día.
El ruido de la maquinaria pesada afecta a los obreros, sobretodo si constantemente están expuestos a un largo tiempo de trabajo. “Se genera un traumatismo que va lesionando la membrana del timpano. La persona llega a la discapacidad del oído. Luego se altera la salud mental. La persona entra en estrés y ansiedad”, explica el médico internista Juan Carlos Benítez.
Las ondas sonoras se propagan mediante vibraciones que generan una presión en objetos y en humanos. Es decir, ruidos como el del tráfico o de una taladradora no solo pueden ser captados por los oídos, sino también por una vibración en otras partes del cuerpo, como en los pies. Los obreros deben utilizar zapatos especiales de goma, según recomienda el otorrinolaringólogo de Clínica Ricardo Palma, Francisco Salaverry.
Según la norma básica ergonómica, las personas que trabajan con ruido industrial están expuestos hasta a 80 decibeles en un día, por eso deben utilizan equipamiento adecuado para cuidar sus oídos. Por su parte, Salaverry recomienda que una persona solo puede estar expuesta a entre 30 y 44 decibeles y si se supera los 45 decibeles es una situación de riesgo y podría causar problemas a la audición.
Ambos especialistas coinciden en que la parte auditiva es la más afectada y que el daño es irreversible. Los síntomas principales de un trauma acústico es la disminución o pérdida de la audición, y cuando la persona escucha un zumbido constante.
“Se daña la parte neurosensorial del oído, la parte por donde pasa la onda sonora desde el oído interno hasta el cerebro. Esto ocurre cuando el estribo, último pequeño hueso que llega hasta el oído interno y que está detrás de la membrana tímpano, se hunde bruscamente”, describe Salaverry.
De esta forma, no solo se dañan los huesos que se acumulan en el sistema auditivo, sino también a los nervios y el cerebro. Las personas expuestas a ruido constantemente y no se protegen está constantemente nerviosa, tiene dolores de cabeza y ligeros mareos.
Los conductores que tocan el claxon en un puente hacen un ruido estremecedor que afecta a todas las personas que se encuentran cerca. En casos extremos, un ruido explosivo fuerte produce una ruptura en la membrana del tímpano.
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