Las investigaciones iniciales muestran que las personas que han sido expuestas prolongadamente al humo de tabaco tienen mayor riesgo para desarrollar la COVID-19.
Antes de la pandemia, los números ya indicaban que el tabaco mata a más de ocho millones de personas en el mundo cada año. En nuestro país, la última cifra oficial del Ministerio de Salud estima más de 54 mil muertes por causas asociadas al tabaquismo, además la mortalidad más elevada se atribuye al consumo de tabaco en enfermedades como bronquitis crónica, cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, neumonía y otros tipos de cáncer.
“Las investigaciones iniciales muestran que las personas que han sido expuestas prolongadamente al humo de tabaco tienen mayor riesgo para desarrollar la COVID-19. Está demostrado que complica la evolución de varias afecciones respiratorias: dificulta el transporte de oxígeno a los tejidos, actúa como irritante respiratorio, disminuye los mecanismos defensivos del pulmón, provoca efectos tóxicos sobre el sistema respiratorio, ocasionando inflamación de tejidos y favoreciendo la acción de microorganismos”, señala César Bonilla, neumólogo de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener.
El especialista indica que dejar de fumar puede ser muy difícil y que la abstinencia de nicotina resulta desagradable, pero nunca ha habido un momento mejor o más urgente para dejar de consumir tabaco que ahora con la pandemia. Aunque resulte complicado deshacer todo el daño de años de fumar, los resultados positivos de dejar el tabaco son inmediatos, comenzando en el mismo momento en que los pulmones ya no están expuestos a las sustancias químicas.
Pero ¿cuáles son las complicaciones que puede tener una persona fumadora si contrae el virus de la COVID-19? A continuación, Bonilla las explica:
- El paciente con COVID-19 que es fumador activo, pasivo o exfumador, ya tiene un terreno respiratorio comprometido con alteración de sus defensas, enfermedades inflamatorias y degenerativas e irreversibles, como la bronquitis crónica, cáncer pulmonar, entre otros males asociados al tabaco. Al ser infectado con el virus empeora gravemente su pronóstico. Si bien es posible que un fumador sea asintomático a la COVID-19, tiene mayor riesgo de desarrollar síntomas y complicaciones.
- Los pacientes con COVID- 19 con antecedentes de tabaquismo tuvieron mayor riesgo de neumonía en comparación que los no fumadores. Cuando el fumador se contagia con el nuevo coronavirus tiene mayor riesgo de complicaciones que él no fumador y, buen número de ellos, evolucionan con neumonía grave con rápido deterioro en su salud, sumado a los daños ya establecidos en la vía respiratoria, por lo que la mayoría puede llegar a fallecer.
- La disminución de los mecanismos de defensa y la menor capacidad respiratoria, condicionado por el tabaquismo, en presencia del virus que causa la COVID- 19, provoca que los pacientes evolucionen desfavorablemente en forma rápida, por lo que tienen que ser hospitalizados para recibir oxígeno y muchos terminan en Unidades de Cuidados Intensivos para recibir ventilación asistida, por la insuficiencia respiratoria severa.
El neumólogo de la Escuela de Posgrado de la Universidad Norbert Wiener agrega que muchas alteraciones defensivas del organismo observadas en los fumadores son rápidamente reversibles y se resuelven después de seis semanas de haber dejado de fumar, lo cual sustenta la idea que la suspensión del hábito tabáquico constituye una medida efectiva para prevenir el desarrollo de infecciones o de complicaciones. Sin embargo, existen otros cambios en la estructura del pulmón, que pueden persistir durante muchos años después de dejar de fumar, ocasionando enfermedades crónicas del pulmón, insuficiencia respiratoria crónica, bronquitis crónica o el cáncer.
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