Esta investigación es un paso más en la preparación de un tejido modificado para avanzar en futuros ensayos clínicos humanos.
Un equipo del Massachusetts General Hospital en Boston (EEUU) asegura haber dado un paso más para fabricar una oreja humana completa a partir de las células de una persona.
La oreja, aseguran, tiene la flexibilidad de una real. Los expertos esperan que la técnica utilizada se puede usar algún día usar para ayudar a las personas con anomalías en el oído externo.
La ingeniería de tejidos es un campo que cobra cada vez mayor importancia en la medicina y la posibilidad de fabricar órganos en el laboratorio ya no es un sueño.
Esta investigación es un paso más en la preparación de un tejido modificado para avanzar en futuros ensayos clínicos humanos.
Este equipo está trabajando en el desarrollo de orejas artificiales para ayudar a aquellas personas que nacen con orejas mal formadas o que las han perdido en accidentes o traumatismos.
Previamente, los investigadores habían fabricado una oreja artificial, del tamaño de la de un bebé, en un ratón. El siguiente paso del equipo dirigido por Thomas Cervantes, que se ha publicado en The Journal of the Royal Society Interface, fue crear la oreja humana.
Así, tomaron tejidos vivos de las vacas, ovejas y los cultivaron en un marco de alambre flexible con la forma de un verdadero oído humano en 3D (las células se cultivaron en un andamio de titanio que se modela en las dimensiones de un oído humano verdadero).
A continuación, implantaron el tejido en una rata cuyo sistema inmune se había suprimido permitiendo para permitir que la oreja se desarrollara.
Para Cervantes el trabajo es importante por varias razones: “en primer lugar porque hemos sido capaces de mantener la forma de la oreja después de 12 semanas de crecimiento en la rata y, además, porque se ha conservado la flexibilidad natural del cartílago”.
El nuevo trabajo muestra que, en teoría, es posible cultivar las células suficientes (al menos en animales) para fabricar una oreja humano de tamaño completo.
“En un modelo clínico, lo que podríamos hacer es cultivar una pequeña muestra de cartílago, que el paciente tiene, y luego hacer el mismo proceso que hemos hecho en la rata”, dijo Cervantes a la BBC. Los investigadores esperan iniciar ensayos clínicos en humanos en unos cinco años.
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