El Instituto Nacional de Salud advirtió que el consumo frecuente de esta planta oriunda de la sierra peruana, podría generar toxicidad hepática.
El uso tradicional de la muña, planta oriunda de la sierra peruana, tiene comprobados efectos positivos para el tratamiento de afecciones estomacales e intestinales; sin embargo, su consumo frecuente podría generar toxicidad hepática, advirtió el Instituto Nacional de Salud (INS).
El director ejecutivo de esta dependencia del Ministerio de Salud (Minsa), Miguel Salcedo Luna, recomendó evitar su consumo por parte de mujeres embarazadas o que estén dando de lactar. También debe evitar que su niño lactante la consuma.
No obstante, destacó que diversos estudios experimentales han revelado que la infusión de muña posee una actividad citoprotectora a nivel de la mucosa gástrica. “La muña tiene un efecto inhibitorio significativo contra algunos tipos de bacterias”, manifestó.
Explicó que en base a nuestros conocimientos ancestrales, las propiedades medicinales más importantes que se le atribuye a la muña son: curar afecciones intestinales, casos de halitosis, acidez estomacal, indigestión, broncodilatador y expectorante.
No se han realizado estudios clínicos comparativos que permitan afirmar que la muña es “mejor digestivo” que otras plantas usadas para esos fines. Actualmente, se ha preservado su utilización para la inflamación de heridas; aunque su uso se centra en afecciones estomacales e intestinales, principalmente.
La infusión de hojas y flores es un remedio importante para afecciones estomacales e intestinales, así como para combatir parásitos internos y externos, ya que es antiespasmódico. En el Cusco se utiliza la rama de muña en infusión para diarreas por frío.
En Arequipa, se usan hojas y ramas, también en infusión para el dolor de estómago, diarrea, enteritis, mal aire e indigestión; y en la amazonia peruana, la infusión de la planta se usa principalmente como carminativa.
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