Según experto, utilizar un piercing en la boca puede implicar riesgos significativos para la salud oral por las perforaciones en el labio o en la lengua.
Pese a que es una moda entre los jóvenes, utilizar un piercing en la boca puede implicar riesgos significativos para la salud oral por las perforaciones en el labio o en la lengua, hasta daño a las piezas dentales, lo que conlleva a complicaciones e incluso a la mala deglución de los alimentos.
Para Jim Romero Lloclla de la Estrategia Sanitaria Nacional de Salud Bucal del Ministerio de Salud, el uso de joyería en la boca puede ocasionar inconvenientes durante o después del procedimiento de colocación, como el astillamiento o fractura de los dientes frontales, que con el tiempo deberán ser reparados.
Las encías también son afectados al frotarse con la pieza metálica, lo que ocasiona una retracción, así como mayor sensibilidad al frío y al calor, además del retroceso del nivel de la encía, quedando la raíz del diente expuesta recesiones gingivales irreversibles.
“Estas piezas sensibles deben ser tratadas por su dentista y posiblemente requerir una cirugía por parte de un periodoncista”, manifestó. Al respecto señaló que si los dientes se encuentran desgastados o rotos es imposible lograr una buena masticación y deglución lo cual conlleva a una mala nutrición.
Otra de las complicaciones que se presentan con el paso del tiempo, son la retención mecánica de restos alimenticios que podría ocasionar hipersalivación, halitosis o mal aliento, infecciones bacterianas, quistes, tumores, cicatrices, pérdida de la sensibilidad de la lengua, entre otros.
Además si la colocación del piercing se realiza con un equipo contaminado, podría condicionar el contagio de enfermedades como hepatitis B, C, y D, Candidiasis, virus Epstein Barr, infección por pseudomonas, virus herpes simple o VIH.
Romero Lloclla alertó que las personas que usan piercing no pueden ser donantes de sangre puesto que corren el riesgo de haber sido contagiados de dichas enfermedades e infecciones en el momento de su colocación. Lo recomendable es -afirmó- esperar por lo menos un año para poder hacerlo.
Finalmente recomendó que las personas alérgicas al níquel, metal utilizado mayormente en bisutería, deban evitar el uso de estos objetos. El mismo cuidado deben tener los jóvenes con acné moderado o grave, quienes deberían evitar el uso del piercing.
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