A millones de personas les fascina ver sosos videos sobre cómo doblar toallas o secarse el pelo. Es una curiosa condición que no existía oficialmente hasta 2010.
El acto de quedarse hipnotizado por horas viendo videos en el Internet ya tiene nombre: se trata de una respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR). En este artículo de BBC Mundo, el columnista Tom Stafford da más detalles.
Una tensión en la parte de atrás de la garganta o un hormigueo en el cuello o un escalofrío que pasa por el cuerpo cuando se le presta mucha atención a algo o a alguien, como a una persona susurrando instrucciones. Se llama respuesta sensorial meridiana autónoma (ASMR por sus siglas en inglés) y es una condición que oficialmente no existía hasta 2010.
La primera vez que oí de ella fue gracias al periodista británico Rhodri Marsden, quien intencionalmente buscaba videos aburridos en YouTube y quedaba hipnotizado. Cosas como gente explicando cómo doblar toallas, manejar secadores de pelo o interacciones con odontólogos.
Millones de personas estaban haciendo lo mismo: mirando esos videos supuestamente por las sensaciones placenteras que despertaban.
Marsden me pidió mi opinión como psicólogo. ¿Era real? “Seguro”, le respondí. Si la gente dice que siente algo, tiene que ser real… de alguna manera.
La pregunta es ¿qué clase de real? ¿Están todas esas personas experimentando lo mismo? ¿Lo aprendieron o es innato? ¿Cuán común es?
Ese es el tipo de preguntas que hacemos los psicólogos. Pero quizás es más interesante lo que sucedió con ASMR antes de que los psicólogos se pusieran a pensar en ello.
Al parecer, ese sentimiento ha existido durante toda la historia de la humanidad. Cada persona descubrió la experiencia, la atesoró o la ignoró, y se la guardó.
El hecho de que no tuviera nombre hasta 2010 sugiere que la mayoría de las personas que lo sintieron no hablaron de ello. Es asombroso que haya llegado tan lejos sin un nombre. Científicamente, no existía.
Pero luego, claro, llegó el siglo XXI y, como se dice, incluso si uno es uno en un millón, hay miles como uno en internet. Ahora hay sitios web, foros de discusión e incluso Wikipedia. Y un nombre.
De hecho, muchos nombres: “Euforia Inducida por Atención”, “Orgasmo cerebral” o “La sensación sin nombre” son otras etiquetas que se le han dado.
Stafford enumera algunas conclusiones del ASMR y remarca que hay mucha gente que pide se investigue.
Hasta donde sé, no hay estudios científicos sistemáticos sobre ASMR. Pero cuando la gente se entera de que su sentimiento sin nombre tiene nombre, quiere saber más, quiere saber qué es en realidad y quiere conectarse con otros que lo sienten.
Algo que tenemos en común todos nosotros es el querer valorar nuestra experiencia interna con el reconocimiento de otras personas y, particularmente, con la autoridad de la ciencia.
Yo no puedo hacerlo: casi todo lo que sé sobre “http://es.wikipedia.org /wiki/Respuesta_Sensorial_Meridiana_Aut%C3%B3noma está en esta columna que acaba de leer. Por ahora, todo lo que tenemos es un nombre. Pero eso ya es progreso.
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