El Consejero Médico de RPP Noticias dio señas de una investigación que siguió el trayecto de una pieza de Lego tras ser ingerida. Por otro lado, advirtió que las pilas tipo moneda son peligrosas y pueden quedarse atrapadas en el esófago.
Los padres son cuidadosos con que su hijo se lleve algo dañino a la boca. Una posible amenaza es comer un pedazo de plástico, como el popular Lego, pues se cree que el objeto no será eliminado. Tranquilo, esa idea ha sido refutada.
A través de un estudio a cargo de seis médicos, investigadores ingleses y australianos, se logró que los voluntarios ingieran una pieza pequeña de Lego para averiguar, luego de un seguimiento riguroso, si el organismo logra expulsar el objeto, explicó Elmer Huerta, Consejero Médico de RPP Noticias, al programa de La Rotativa del Aire.
La conclusión de la investigación es rotunda: “Los padres de familia no deben tener temor. Cuando un niño se traga un objeto de plástico lo va a eliminar”, aseveró Huerta, al comentar el artículo del estudio publicado en la "Revista de Pediatría".
Los hallazgos secundarios también son sorprendentes. Las mujeres expulsaron los objetos más rápido que los hombres, eso quiere decir que tienen un tránsito intestinal más rápido. Sin embargo, como un resultado particular a un hombre nunca se le encontró el objeto.
Según la investigación científica, el promedio de días que le toma a un organismo humano el expulsar el objeto de lego oscila entre uno a tres días. Elmer Huerta afirma que no existe mayor diferencia entre los tránsitos intestinales de niños y adultos. Por eso los resultados de la investigación pueden ser aplicados en los niños.
En 1971, una investigación ya había demostrado que las monedas eran expulsadas con más lentitud. Entre tres a cinco días tarda. Huerta advirtió que las pilas que parecen monedas, como las que usan en los relojes, se quedan atracadas en el esófago. “Se disuelven y pueden perforar el estómago”, finaliza el médico.
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