Científicos han descubierto cómo incrementar la producción de un tipo de células regenerativas localizadas en el hígado, para tratar enfermedades como la cirrosis.
Científicos de la Universidad escocesa de Edimburgo han descubierto cómo incrementar la producción de un tipo de células regenerativas localizadas en el hígado, para tratar enfermedades hepáticas como la cirrosis, según el último número de la revista británica "Nature".
Cuando el hígado está enfermo produce demasiadas células del conducto biliar, pero no suficientes hepatocitos, otra clase de células que desintoxican este órgano y que son responsables de la reparación de su tejido dañado.
Según un equipo científico del Centro de Medicina Regenerativa (CMR) de esa universidad, sería posible desarrollar un medicamento que promueva la creación de hepatocitos en lugar de las células del conducto biliar, y que serviría para tratar dolencias como la cirrosis o la hepatitis crónica.
En su estudio, los expertos lograron aumentar la producción de hepatocitos al alterar la expresión de algunos genes en células del hígado que se encontraban en etapas tempranas de su desarrollo.
Los investigadores esperan que, a largo plazo, su descubrimiento contribuya a aligerar las listas de espera para los trasplantes de hígado, la víscera más voluminosa del cuerpo humano.
En el Reino Unido, las enfermedades hepáticas son la quinta causa de muerte y en la actualidad medio millar de pacientes aguardan un trasplante, en comparación con hace cinco años, cuando la lista de espera alcanzaba los trescientos, según cifras facilitadas por la Universidad de Edimburgo.
"Los trasplantes de hígado han salvado incontables vidas a lo largo de los años, pero a largo plazo la demanda superará inevitablemente la provisión de estos órganos. Es necesario centrarnos en el potencial regenerativo del cuerpo humano", afirmó el jefe de medicina regenerativa del CMR, Rob Buckle.
En la investigación participaron además el Instituto Beatson de Investigación del Cáncer (Glasgow) y la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
EFE
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