Algunos compuestos, como el ácido láctico -una sustancia común del sudor humano- se mostró como carnada para los mosquitos, dirigiendo al 90% de ellos.
Un equipo de científicos ha descubierto una sustancia que se encuentra naturalmente en la piel humana y que puede impedir que los mosquitos «huelan» a sus víctimas.
El hallazgo, descrito en la reunión nacional de la Sociedad Americana de Química (la sociedad científica más grande del mundo), puede ayudar a conseguir una especie de «capa de invisibilidad» contra estos insectos chupadores de sangre.
"Estamos explorando un enfoque diferente, con sustancias que afecten al sentido del olfato del mosquito. Si un mosquito no puede sentir que la cena está lista, no zumbará, no se posará y no morderá", afirma Ulrich Bernier, autor del estudio.
Algunos compuestos, como el ácido láctico -una sustancia común del sudor humano- se mostró como carnada para los mosquitos, dirigiendo al 90% de ellos.
Con otros compuestos, sin embargo, muchos de los mosquitos ni siquiera iniciaban el vuelo o parecían confundidos.
"Si pones la mano en la jaula de los mosquitos en la que se habían rociado algunos de estos inhibidores, casi todos simplemente se posaban en la pared del fondo y ni siquiera reconocían que la mano estaba ahí. Los llamamos anosmia o hiposmia, la incapacidad para detectar olores o una disminución de la capacidad de detectar olores", explica Bernier .
Un grupo de compuestos químicos, incluido 1 - methylpiperzine, bloquea el sentido del olfato de los mosquitos. Esto puede ayudar a explicar por qué los mosquitos vuelan hacia algunas personas pero no hacen caso a otras.
Las sustancias tienen una arquitectura molecular que se encuentra en los ingredientes de docenas de medicamentos y otros productos.
Parecen adecuados para su uso en cosméticos, lociones, prendas de vestir y otros productos que en la actualidad incorporan repelentes de mosquitos. Ahora, la cuestión es saber si puede ser producido artificialmente a gran escala. Llevarlo encima podría ser una forma muy eficaz de evitar las picaduras.
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