Consumir jugo de toronja y un medicamento contra el cáncer aumenta los niveles de eficacia del compuesto y permite que se usen dosis más bajas de la medicina.
La combinación de un poco de jugo de pomelo (toronja) con un medicamento contra el cáncer aumenta los niveles de eficacia del compuesto y esto permite que se usen dosis más bajas de la medicina, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Chicago divulgado hoy.
Los investigadores, en una presentación ante la asamblea anual de la Asociación Estadounidense de Investigación del Cáncer reunida en Denver (Colorado), dijeron que una prueba clínica inicial, y con un número bajo de participantes, indica que la combinación podría ser eficaz en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
Durante casi dos décadas las empresas farmacéuticas han advertido en las etiquetas de sus productos, que no debe ingerirse el jugo de esos cítricos porque puede interferir con las enzimas que descomponen y eliminan ciertos medicamentos.
Esta interferencia hace que los compuestos sean más potentes y los investigadores buscan formas de aprovechar esta propiedad de la fruta para alterar los medicamentos.
"El jugo de pomelo puede aumentar de tres a cinco veces los niveles de ciertos medicamentos en la sangre", dijo el director del estudio Ezra Cohen, especialista en cáncer en el centro médico.
"Nos propusimos investigar si ese jugo podía amplificar, y en qué medida, la disponibilidad y quizá la eficacia del rapamycin (un medicamento que se vende asimismo con el nombre genérico de sirolimus, y el nombre de fábrica Rapamune), un compuesto prometedor en el tratamiento del cáncer", añadió.
Esta prueba se diseñó para investigar "si podíamos usar esta habilidad del jugo de pomelo para multiplicar la disponibilidad de rapamycin en beneficio del paciente", explicó Cohen.
"Quisimos determinar en qué medida el jugo alteraba los niveles de medicamento y evaluar su impacto de la actividad contra el cáncer y sus efectos secundarios", añadió.
El estudio siguió a 28 pacientes con tumores sólidos para los cuales no hay tratamiento eficaz. La dosis del medicamento aumentó con cada grupo de cinco pacientes, de 15 miligramos hasta 35 miligramos. Los pacientes tomaron el medicamento por vía oral, como líquido, una vez por semana.
A partir de la segunda semana, los pacientes tomaron la medicina seguida con un vaso (225 gramos) de jugo de pomelo, y luego el jugo de pomelo una vez por día por el resto de la semana.
Veinticinco de los participantes continuaron en el estudio el tiempo suficiente como para llevar a cabo una evaluación.
Siete de los participantes (28 por ciento) mostró una estabilización de la enfermedad con poco o ningún crecimiento del tumor. Una paciente (4 por ciento) tuvo una respuesta parcial en la cual el tumor se achicó en casi un 30 por ciento.
Esta paciente sigue en buena salud más de un año después del comienzo de la prueba. EFE
Los investigadores, en una presentación ante la asamblea anual de la Asociación Estadounidense de Investigación del Cáncer reunida en Denver (Colorado), dijeron que una prueba clínica inicial, y con un número bajo de participantes, indica que la combinación podría ser eficaz en el tratamiento de varios tipos de cáncer.
Durante casi dos décadas las empresas farmacéuticas han advertido en las etiquetas de sus productos, que no debe ingerirse el jugo de esos cítricos porque puede interferir con las enzimas que descomponen y eliminan ciertos medicamentos.
Esta interferencia hace que los compuestos sean más potentes y los investigadores buscan formas de aprovechar esta propiedad de la fruta para alterar los medicamentos.
"El jugo de pomelo puede aumentar de tres a cinco veces los niveles de ciertos medicamentos en la sangre", dijo el director del estudio Ezra Cohen, especialista en cáncer en el centro médico.
"Nos propusimos investigar si ese jugo podía amplificar, y en qué medida, la disponibilidad y quizá la eficacia del rapamycin (un medicamento que se vende asimismo con el nombre genérico de sirolimus, y el nombre de fábrica Rapamune), un compuesto prometedor en el tratamiento del cáncer", añadió.
Esta prueba se diseñó para investigar "si podíamos usar esta habilidad del jugo de pomelo para multiplicar la disponibilidad de rapamycin en beneficio del paciente", explicó Cohen.
"Quisimos determinar en qué medida el jugo alteraba los niveles de medicamento y evaluar su impacto de la actividad contra el cáncer y sus efectos secundarios", añadió.
El estudio siguió a 28 pacientes con tumores sólidos para los cuales no hay tratamiento eficaz. La dosis del medicamento aumentó con cada grupo de cinco pacientes, de 15 miligramos hasta 35 miligramos. Los pacientes tomaron el medicamento por vía oral, como líquido, una vez por semana.
A partir de la segunda semana, los pacientes tomaron la medicina seguida con un vaso (225 gramos) de jugo de pomelo, y luego el jugo de pomelo una vez por día por el resto de la semana.
Veinticinco de los participantes continuaron en el estudio el tiempo suficiente como para llevar a cabo una evaluación.
Siete de los participantes (28 por ciento) mostró una estabilización de la enfermedad con poco o ningún crecimiento del tumor. Una paciente (4 por ciento) tuvo una respuesta parcial en la cual el tumor se achicó en casi un 30 por ciento.
Esta paciente sigue en buena salud más de un año después del comienzo de la prueba. EFE
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