Las causas más frecuentes de las hernias son el sobreesfuerzo por levantar objetos de mucho peso, tos crónica, estreñimiento u otros como la obesidad o haber tenido una cirugía anteriormente.
Dolor abdominal, abultamiento en el ombligo o la ingle son los principales síntomas de una hernia. Las hernias son defectos en la pared abdominal, es decir se da cuando los músculos del abdomen se abren formando un orificio a través del cual pueden salir algunos órganos y atascarse, esto puede generar dolor, inflamación y con el tiempo una infección generalizada que puede llevar a la muerte.
Las causas más frecuentes son el sobreesfuerzo por levantar objetos de mucho peso, tos crónica, estreñimiento u otros como la obesidad o haber tenido una cirugía anteriormente.
“Actualmente el mayor avance en la cirugía de hernias es la incorporación de una malla sintética que permite reforzar la zona afectada de manera más completa que con los simples puntos de cierre, ya que promueve una mayor cicatrización, creando una especie de capa protectora” indicó Rodolfo Llanos, cirujano de Clínica Internacional.
Anteriormente, se realizaba un corte al paciente y se cerraba el orificio suturando (cociendo) las paredes del músculo originando tensión y con el riesgo de que más adelante pueda reaparecer la hernia.
Ahora se utiliza la cirugía laparoscópica, a través del cual se realiza una pequeña incisión, es decir un orificio muy pequeño (menor a 1 cm) a través del cual ingresa la malla especial que se coloca en la zona de la hernia.
“Estudios científicos señalan que esta técnica reduce en 99% el riesgo de reaparición de la hernia, siempre que el paciente se cuide y evite los factores de riesgo como la obesidad, tos crónica, problemas prostáticos o sobresfuerzo”, agregó el médico cirujano Juan Luna.
En ese sentido, es muy importante señalar que las hernias no siempre desaparecen por sí solas y que el tratamiento no es complicado, pues la cirugía para estos casos ha evolucionado de modo que los pacientes sometidos a esta intervención pueden retomar sus quehaceres habituales una semana después de la cirugía.
Los tipos de hernias dependen del lugar donde se ubiquen:
-Hernia umbilical: es una protuberancia en el ombligo.
-Hernia inguinal: presenta un bulto debajo de la ingle y es más común en mujeres; no obstante, también se puede ver en varones y en estos casos puede llegar hasta el escroto.
-Hernia quirúrgica: una cirugía abdominal pasada puede conducir a una hernia incisional en el lugar de la cicatriz.
-Hernia hiatal: es en la parte superior del estómago. Por lo general, se descubre durante una prueba para determinar la causa del ardor de estómago o del dolor en el pecho o en la parte alta del abdomen.
-Hernia discal: cerca de un 80% de la población sufre problemas de espalda a lo largo de su vida y el más frecuente de estos es la hernia discal. Esta patología consiste en un desplazamiento del disco vertebral que produce rigidez en la columna, dolor y comprensión en médula y raíces nerviosas. Normalmente, las hernias discales están asociadas al proceso natural de envejecimiento por lo que las personas de avanzada edad son las más propensas, y en alrededor del 99% de los casos se localiza en la zona lumbar.
Complicaciones
Incarceración: es cuando los órganos –intestinos, vejiga, ovarios o trompas de falopio- salen a través del orificio generado por la hernia y se atascan, esto produce dolor e inflamación del órgano.
Estrangulamiento: es cuando la presión de la hernia afecta la irrigación sanguínea del órgano atrapado dentro de la hernia, esto puede terminar en una necrosis (muerte del tejido). Esto implica que tenga que retirarse toda esta zona afectada del órgano y en algunos casos si hay perforación, esta puede producir una infección generalizada que puede llevar a la muerte.
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