Especialistas del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) confirnaron que la madrugada del 1 de agosto fue la más fría del año. Los estudios recientes demuestran que la vitamina C puede disminuir hasta en 23% el tiempo de duración del mismo.
Especialistas del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) confirnaron que la madrugada del 1 de agosto fue la más fría del año. Pero, Lima no es la única región que se ve afectada, otras partes del Perú también sufren los estragos. En invierno, para mantener la temperatura constante en distintos lugares públicos y privados se acostumbra cerrar todos los sistemas de ventilación, las ventanas, puertas y cualquier espacio que permita la circulación del aire frío. Esto genera ambientes propicios para que los virus del resfrío se propaguen entre las personas, creando un foco de contagio potencial.
“La media de resfrío en adultos y niños es mucho más frecuente, y puede alcanzar hasta cinco episodios al año. Esto se da principalmente en los meses de invierno o en el inicio de la primavera, donde no se favorece la circulación del aire en lugares de trabajo o públicos”, comenta Carlos Fernández, Asesor Médico de la división de Consumer Health de Bayer.
Asimismo, el período de incubación de la enfermedad es de 24 horas a 72 horas y el tiempo promedio de resfrío es de 8 a 10 días. Si bien el resfrío es considerado una enfermedad no grave, las implicancias económicas deben ser tomadas en cuenta debido a que genera ausentismo laboral, escolar y un costo económico adicional en las familias.
Por ello hay que prestar especial atención a la población de riesgo: las mujeres embarazadas, niños, personas mayores, fumadores, las que siguen una dieta inadecuada y los que están expuestos a situaciones de mucho estrés. “Si se cuenta con un sistema inmune deficiente uno es propenso al contagio, por ello se recomienda el consumo de alimentos ricos en vitamina C, zinc y vitamina D”, señaló.
De tal modo, “estudios recientes indican que el consumo periódico de vitamina C, zinc o vitamina D, además de disminuir la sintomatología y el tiempo de duración de la enfermedad, en un 23% fortalece al sistema inmune por sus propiedades antioxidantes. Incluso podría llegar hasta un 50% la reducción de la duración e incidencia y la gravedad de los síntomas en personas sometidas a altos niveles de estrés físico ocasionados por el trabajo, deportes, condiciones climáticas, entre otros”, comenta Fernández.
En este sentido, el consumo de vitamina C en conjunto con el zinc, favorece la reactividad del cuerpo frente a sustancias extrañas, virus o algún tipo de germen. Como el cuerpo no puede producir la vitamina C por sí sólo, ni tampoco la almacena, es recomendable un consumo diario promedio de 500 mg de vitamina C, o el equivalente a 5 kg de naranjas, para mantener niveles adecuados.
“Como es poco probable que una persona pueda incluir en su dieta diaria alimentos (frutas o verduras) con la cantidad requerida de vitamina C, es importante consumir suplementos vitamínicos que aseguran la dosis necesaria para la nutrición, defensa del sistema inmune y el mantenimiento de nuestra salud”, finaliza.
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