El hecho de apagar el cigarrillo, no fumar frente o cerca al bebé es igual de dañino, ya que el pequeño entra en contacto con las toxinas, sostiene experto.
Debido a la permanente relación entre la madre y su bebé, aquellas que tienen el hábito de fumar transmiten la nicotina a sus hijos a través de la leche y las vías respiratorias, advirtió el jefe del Servicio de Madre Adolescente del Hospital San Bartolomé, Víctor Parra Gutiérrez.
Indicó que esta transmisión puede ocasionar en los niños infecciones respiratorias, problemas pulmonares y bucofaringe. Agregó que otra forma de absorción de la nicotina es a través del epitelio (tejido formado por una o varias capas de células unidas) de las vías respiratorias.
El especialista explicó que las células epiteliales de la mucosa respiratoria tienen vellos cuya función es evitar la entrada de microorganismos y toxinas al sistema respiratorio. "La nicotina inmoviliza la vellosidad por lo que el fumador pasivo es presa fácil de las infecciones y las alergias", anotó.
“Si existe una persona adicta a la nicotina siempre hay otra que la acompaña, el cónyuge por ejemplo, haciendo que el ambiente de dicho hogar sea dañino para el bebé. La criatura tendrá en el futuro no solo infecciones y alergias respiratorias, sino que su sistema circulatorio y mental presentarán un deterioro por la falta de irrigación al cerebro”, detalló Parra Gutiérrez.
El médico alertó igualmente que el hecho de apagar el cigarrillo, no fumar frente o cerca al bebé es igual de dañino, ya que el pequeño entra en contacto con las toxinas, a través de los residuos que quedan impregnados en la ropa y cabello del fumador.
“Beber gran cantidad de agua así como el consumo de frutas frescas y ensaladas, ayudan a la eliminación de las toxinas. Pero esto debe se acompañado de conductas como no concurrir a lugares ni con amistades fumadoras, además una gran ventilación del hogar”, puntualizó.
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