El síndrome alcohólico fetal es un trastorno que causa problemas a nivel físico, mental y de crecimiento del niño.
La abstinencia completa del alcohol durante el embarazo es la opción más segura para la salud del feto, según concluyen investigadores australianos que estudiaron la relación entre la ingesta de licor en gestantes y los cambios creaneofaciales a los 12 meses de edad, característicos del síndrome alcohólico fetal.
Del estudio a 415 niños (195 niñas y 220 varones) se observó que la exposición prenatal al alcohol a cualquier nivel, principalmente durante el primer trimestre, ocasiona rasgos anómalos más notorios en la parte media de la cara, nariz, labios y ojos, de acuerdo al resultado de fotografías en tres dimensiones.
"Las diferencias fueron más pronunciadas entre los grupos sin exposición y los grupos con baja exposición en el primer trimestre (frente), exposición moderada a alta en el primer trimestre (ojos, parte media, barbilla y región parietal) y una alta exposición durante el primer trimestre (barbilla)", explican los autores según cita la revista médica JAMA Pediatrics.
Estos cambios fueron detectados al año de edad de los bebés evaluados. Es así que se recomienda el consumo cero de alcohol en mujeres embarazadas o en aquellas que estén fértiles y con posibilidades de quedar encinta.
"Aquellos niños cuyas madres tomaron incluso un vaso de vino de cuando en cuando, tuvieron cambios en el rostro a nivel de la nariz, del surco nasolabial, entre otros, que no se notaron a simple vista, pero sí con la foto en tres dimensiones...esto es lo fenotípico, pero también hay problemas con el aprendizaje, en el desarrollo intelectual, cognitivo y en salud mental", comenta el doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias.
¿Qué es el síndrome de alcohólico fetal?
El diagnóstico de síndrome de alcoholismo fetal se refiere a problemas a nivel físico, mental y de crecimiento, atribuidos al consumo de alcohol durante el embarazo:
1) Anomalías faciales características.
2) Retraso del crecimiento (restricción del crecimiento intrauterino y fracaso en el crecimiento después de nacer).
3) Afectación del sistema nervioso central (deterioro cognitivo, dificultades de aprendizaje o anormalidades del comportamiento).
Un artículo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) titulado “Síndrome alcohólico fetal: esperanzas frustradas, vidas dañadas” advierte que los niños con este trastorno nacen con defectos físicos y mentales característicos, como baja estatura, además de cabeza y cerebro pequeños.
Asimismo, precisa que la exposición prenatal al alcohol está asociada con un espectro variable de efectos. Los niños con este trastorno pueden tener afectación significativa del sistema nervioso central, pero poco o ningún desorden físico. "Algunos niños no son diagnosticados porque son adoptados o acogidos en otras familias y sus nuevos padres no conocen los antecedentes de abuso crónico de alcohol de su madre. Los niños afectados pueden parecerse a los demás niños, pero es posible que su comportamiento ‘difícil’ sea malinterpretado si no se les ha sido diagnosticado el trastorno”.
Esta condición no tiene cura. Los niños afectados requieren una educación especial y otras formas de atención especializada; incluso un estudio publicado en 2004 en el American Medical Journal estimaba que en 1998, los costos sociales, incluyendo la pérdida de productividad y el costo de la atención médica para toda la vida y la rehabilitación, se cifraron aproximadamente en US$ 4.000 millones en los Estados Unidos.
Beber alcohol probablemente es más nocivo durante el primer trimestre de gestación, pero debería evitarse durante todo el proceso de embarazo. De lo contrario, se corre el riesgo del aborto espontáneo o una variedad de discapacidades conocidas como trastornos del espectro alcohólico fetal, de los cuales el más grave es el síndrome alcohólico fetal.
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