Neurocirujanos del hospital de Universidad West Virginia ingresaron a cerebro de paciente y usaron electricidad para controlar sus deseos de hambre y saciedad.
Carol Poe, una madre de 60 años, es la segunda persona en Estados Unidos que se somete a estimulación profunda del cerebro para perder peso en la que neurocirujanos de la Universidad de West Virginia ingresaron a su cerebro y usaron electricidad para controlar sus deseos de hambre y saciedad.
Poe, que mide 1,52 centímetros y pesaba 104 kilos antes de la cirugía, dijo a Reuters que una vez alcanzó los 222 kilos.
El doctor Julian Bailes, jefe del departamento de neurocirugía de la Universidad de West Virginia, comentó que la paciente era una buena candidata para este tratamiento tan radical. Sin embargo, dijo a la cadena ABC que "esto no es para pacientes con sobrepeso. Es para aquellos que están obesos".
Según la agencia Reuters, durante las tres horas que duró la operación y en la que Poe estuvo en todo momento despierta, le fueron insertados cables con pulsos eléctricos y fueron conectados a dos marcapasos implantados en su pecho.
En los próximos meses, Bailes informó que el voltaje hacia su cerebro será incrementado para dar a la paciente la sensación de estar satisfecha.
Carol Poe, quien fue tratada en febrero, y el primer paciente que se sometió a esta cirugía en noviembre del 2008, forman parte de una prueba médica aprobada por la Administración de Alimentos y Fármacos estadounidense, dirigida por los médicos Michael Oh y Donald Whiting.
Los doctores agregaron que pasaran varios meses antes de que cualquier pérdida de peso sea observable. Pero a una semana del procedimiento, Poe dijo haber perdido un kilo. "Cuando como me lleno más rápido. Ya no están las ansias que tenía", explicó.
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