Lo que se conoce como enamoramiento consta de tres etapas: adicción, trastorno obsesivo compulsivo y el momento de la estabilidad. Todas están marcadas por el aumento o disminución de neurotransmisores cerebrales.
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Con el tiempo el amor ha dejado de reflexionarse en las novelas y la poesía y se ha dado paso a su análisis elaborado por la neuropsiquiatría y la bioquímica, disciplina que lo define como un extraño desbalance de neurotransmisores que se sintetizan en el cerebro.
Los neurotransmisores que modulan diferentes hormonas cerebrales y cuyos desperfectos dan origen a problemas neurológicos también lo hacen con el amor. Tanto así que definen sus tres etapas.
La primera es la fase adictiva del amor. La cual es conocida de manera popular como amor a primera vista. Sucede cuando te enamoras como loco de esa persona. Esta etapa está marcada por el aumento de la dopamina que te vuelve loco. También se incrementa la norepinefrina que causa sudoración y una intensidad en los latidos cardíacos. “De ahí viene la idea del corazón y el amor”, explicó el Consejero Médico de RPP Noticias, Elmer Huerta.
La segunda etapa es la vinculada con el trastorno obsesivo compulsivo. Se caracteriza por una dependencia absoluta con obsesión y compulsión hacia la pareja. En este nivel del amor baja la serotonina (hormona de la felicidad).
El hombre baja el nivel de la hormona de la testosterona y se vuelve sumiso, mientras que la mujer la aumenta para volverse más dominante. Esto dura entre dos a cuatro años, agrega Huerta.
La tercera fase es de la estabilidad. El hipotálamo produce gran cantidad de oxitocina, la hormona del amor verdadero. Se le llama así porque las personas no dependen emocionalmente una de otra, sino que se mantiene una relación madura y constante.
“Ya no es el amor del comienzo de la dopamina y la serotonina, sino el amor estable de la oxitocina y esta puede durar toda la vida”, resaltó Huerta.
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