En el Día Mundial del Síndrome de Down especialistas analizan el golpe psicológico en los padres tras recibir la noticia.
Ningún padre espera que su hijo sea diagnosticado con Síndrome de Down. Cuando escuchan el término Trisonomía 21 padre y madre experimentan tristeza, negación, culpa y frustración. Esta situación cambia cuando la aceptación llega. Liliana Tuñoque, psicóloga de la Clínica Internacional, explica que el 'shock' de recibir la noticia lleva a los padres a vivir una experiencia traumática, principalmente por la mala comunicación de los médicos. "A la mamá le viene un sentimiento de tristeza y de pena profunda, que incluso puede llegar en algunos casos a la depresión", comenta.
La llegada de un bebé con Síndrome de Down cambia los planes que tienen los padres para el niño. "Es muy importante la preparación psicológica de estos padres. Ayudarlos a entender que no es un castigo, sino que se trata de un trastorno genético y que se puede superar", explica.
Las etapas por las que pasan los padres tras recibir la noticia son similares al proceso de duelo. La aceptación es esencial. Tener un grupo de apoyo es importante: parejas, hijos, familiares y amigos pueden ayudar en este objetivo.
La psicóloga del Hospital de la Solidaridad Mirtha Coa explica que compartir experiencias con otros padres de niños con Síndrome de Down también ayuda. "Reconforta saber que no estamos solos al afrontar una noticia como esta. Los padres deben buscar, además, el apoyo de sus familiares y amigos más cercanos. Una palabra de aliento puede hacer la diferencia", afirma.
Otro de los temores que aparece en este contexto está relacionados con el futuro de los pequeños y si encontrarán trabajo o tendrán una familia propia. Sin embargo, la situación ha cambiado en los últimos años: las personas con Síndrome de Down tienen al alcance enseñanza adecuada, autonomía y son capaces de hacer realidad sus sueños.
Si bien recibir el diagnóstico es difícil y requiere de tiempo y ayuda psicológica para afrontarlo, el Síndrome de Down no debe ser visto como un castigo.
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