A diez años del desastre natural que azotó el sur peruano, aprenda cómo minimizar los daños de este en la salud.
Salud
La prevención para esta denominada “primera ola” radica en el mejoramiento de las viviendas para hacerlas resistentes a estos desastres naturales.
6:41 de la tarde. 15 de agosto de 2007. Pisco se convertía en el epicentro de un sismo de 8.0 grados en la Escala de Ritcher que no solo lo dejó destruidas las edificaciones, sino que dejó un saldo de 596 muertos, 434 mil damnificados y más de mil heridos.
Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias, explicó que no solo la caída de las casas puede ser el factor de muerte de sus habitantes durante un sismo de gran magnitud, sino también la infección de heridas expuestas a causa de la catástrofe y la falta de atención médica a tiempo.
El especialista en salud pública comenta que la muerte en un terremoto llega en tres olas, denominadas así por estudios científicos. La primera se da durante el sismo. “La primera ola es instantánea y se produce cuando se caen las casas y la gente muere aplastada en su interior. Las lesiones más frecuentes son aplastamientos de la cabeza, la columna vertebral, la pelvis, etc.”, explica.
La prevención para esta denominada “primera ola” radica en el mejoramiento de las viviendas para hacerlas resistentes a estos desastres naturales. “La primera depende de que no se caigan tanto las casas y estamos hablando de arquitectura, ingeniería y reforzamiento de viviendas y todo lo que se tiene que hacer para que las viviendas tengan que soportar ondas sísmicas”, comenta.
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No solo la caída de las casas puede ser el factor de muerte de sus habitantes durante un sismo de gran magnitud, sino también la infección de heridas expuestas a causa de la catástrofe y la falta de atención médica a tiempo.
La segunda ola se da después del suceso. El especialista comenta que las complicaciones se presentan hasta doce horas después del sismo.
“Se presenta durante las primeras horas después de un terremoto, cuando las personas con heridas o politraumatizadas empiezan a ir a los hospitales. Allí, ciertos golpes en la cabeza, hematomas, por ejemplo, lesiones de los riñones por aplastamiento y una serie de lesiones que no mueren instantáneamente pero pueden tener serias consecuencias en las primeras horas después del terremoto”, afirma Huerta.
Prevenir esta “ola” implica educar a los ciudadanos a no abarrotar los hospitales si su estado de salud no es grave. “Solo el 3% o 5% de las personas que van al hospital, necesitan la hospitalización porque su estado es grave; sin embargo, los hospitales se llenan más con personas de crisis de nervios y golpes menores”, dice.
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La prevención para esta denominada “primera ola” radica en el mejoramiento de las viviendas para hacerlas resistentes a estos desastres naturales.
La tercera ola de la muerte trae consecuencias hasta una semana después del terremoto. “Se da cuando ya los pacientes empiezan a complicarse por heridas infectadas, por aplastamiento de los músculos, insuficiencias renales”, explica el asesor médico de RPP Noticias.
La prevención de esta depende de un sistema de salud potenciado. "Va a depender de cuán fuerte es el sistema de salud. Si no hay un sistema de salud que pueda atender esas complicaciones a largo plazo: la septicemia, los problemas en los riñones, las diálisis, etc., va a colapsar el sistema”, finaliza.
En casa se debe trabajar en un sistema de evacuación, aprendido y explicado para todos los miembros de su familia. Además debe tener una mochila de 8 kilos y con implementos para cuatro personas es importante. Artículos de higiene, botiquín de primeros auxilios, bebidas y alimentos no perecibles, ropa y abrigo, dinero en efectivo, una radio a pilas, entre otros. No olvide poner artículos específicos para cada miembro: leche para bebés, pañales desechables, medicamentos para tratamientos, toallas higiénicas, etc. La prevención es clave durante esos momentos de crisis.
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