Ocurrió con Steve Jobs, quien murió de un cáncer de páncreas el 2011. El fundador de Apple tardó en operarse porque prefirió la meditación y las dietas.
Salud
Steve Jobs
El cáncer es una de las principales causas de muerte a nivel mundial. Un diagnóstico temprano y un buen tratamiento pueden elevar las posibilidades de supervivencia, en algunos de los casos.
Un reciente estudio a cargo de Skyler Johnson y sus colegas de la Escuela de Medicina de Yale, en Connecticut (Estados Unidos), investigó una base de datos de pacientes diagnosticados de cáncer entre los años 2004 y 2013. Compararon a un grupo de 281 personas que escogieron la vía alternativa (hierbas, ayuno, meditación, oración, enema) frente a otras 560 -con las misma raza, edad y enfermedad- que siguieron el tratamiento médico convencional.
Quienes eligieron la vía alternativa tuvieron 8 veces más probabilidades de morir de cáncer que los que optaron por la medicina convencional. En esta decisión pueden mediar razones culturales, educativas o puro convencimiento, dicen los autores.
La mala decisión de Steve Jobs
El fundador de Apple murió el 5 de octubre del 2011 de un raro cáncer de páncreas que hizo metástasis. Según sus biógrafos, él viajó a la India a hacer meditación, se sometió a acupuntura y apostó por el consumo de zumos y suplementos dietéticos, tratamientos alternativos sin ninguna evidencia científica. Y aunque le trasplantaron el hígado, no logró sobrevivir.
El mismo Jobs comunicó a sus trabajadores en agosto de 2004 que se daba de baja temporal para recuperarse de una intervención quirúrgica, lamentablemente tardó nueve meses para hacerse la operación y la enfermedad se extendió a otras partes de su cuerpo.
Han pasado casi seis años, pero la muerte del magnate informático sigue dando lecciones. El estudio señala que la medicina convencional, que incluye la quimioterapia, la radioterapia y la cirugía, podría apoyarse en otras alternativas pero no ser sustituida.
"La medicina convencional puede usar métodos complementarios para que al paciente la vaya mejor, pero no aconsejaría un tratamiento alternativo (es decir, que sustituya al convencional)", sostiene Elmer Huerta, asesor médico de RPP Noticias y reconocido oncólogo radicado en Washington.
Según el especialista, los pacientes desahuciados o terminales no deberían ser sometidos a tratamientos innecesarios que prolongan su sufrimiento. “Si hubiera una buena comunicación entre el oncólogo y el paciente, y se le dice: “no hay nada que hacer y vamos a concentrarnos en la calidad de vida y en el tratamiento paliativos”, la cosa sería mucho mejor para nuestros seres queridos que están en etapa terminal”.
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