Un estudio japonés demuestra que la deficiencia de hierro en madres gestantes puede alterar el desarrollo sexual de mamíferos, provocando que embriones genéticamente masculinos desarrollen características femeninas.
En un descubrimiento revolucionario para la ciencia, investigadores japoneses han demostrado por primera vez que un factor externo puede cambiar el sexo biológico de un mamífero macho a hembra. Este hallazgo desafía la creencia tradicional de que el sexo de un individuo está determinado únicamente por su genética.
El estudio, realizado por científicos de la Universidad de Osaka y publicado en la revista Nature, reveló que la deficiencia extrema de hierro en madres gestantes puede provocar que embriones genéticamente masculinos (con cromosomas XY) desarrollen ovarios en lugar de testículos. Esto significa que, a pesar de tener un código genético masculino, el desarrollo físico puede ser femenino debido a un factor ambiental.
¿Cómo sucede esto?
El proceso normal de determinación del sexo comienza en el momento de la fecundación, cuando un espermatozoide con cromosoma X o Y se une a un óvulo (X). Si el espermatozoide lleva una Y, el embrión es genéticamente masculino (XY), y si lleva una X, es femenino (XX). Sin embargo, el desarrollo de los órganos sexuales —testículos u ovarios— ocurre durante las primeras seis semanas del embarazo, no instantáneamente.
Durante este periodo, el gen Sry, presente en el cromosoma Y, es responsable de activar la formación de testículos. En condiciones normales, este gen asegura que los embriones XY desarrollen características masculinas. Pero según el estudio, niveles bajos de hierro en la madre afectan la enzima KDM3A que activa el gen Sry, lo que hace que los embriones XY desarrollen ovarios y se conviertan físicamente en hembras.
El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, explica este fenómeno: "Este estudio es paradigmático. Nos pone en evidencia que el desarrollo de ovarios y testículos está determinado por factores que se llaman epigenética, la ciencia de la epigenética, y factores externos —en este caso, el hierro— que son capaces de modificar tu genética".
Aunque el estudio se realizó en ratones, donde seis de 39 crías XY (machos) nacieron con ovarios, aún no se ha comprobado en humanos. Sin embargo, los científicos sugieren que condiciones como la desnutrición severa podrían influir de manera similar en el desarrollo sexual. Este descubrimiento abre nuevas puertas para estudiar cómo el ambiente y la nutrición materna afectan la salud reproductiva y el desarrollo.
En resumen, el estudio demuestra que el sexo biológico no es una característica estrictamente genética, sino que puede ser modificado por condiciones externas, lo que cambia el paradigma científico y abre nuevas áreas de estudio en biología y medicina.
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