Cada vez más personas recurren a suplementos como vitaminas o minerales para mejorar su salud o bienestar. Sin embargo, muchos de estos productos, aunque parezcan inofensivos, pueden tener consecuencias si se combinan con ciertos medicamentos. ¿Por qué es tan importante contárselo al médico?
En Estados Unidos, se estima que el 50 % de la población consume algún tipo de suplemento, ya sea vitaminas, hierbas o productos naturales sin receta médica. Aunque estos productos son ampliamente comercializados como beneficiosos para la salud, lo cierto es que, a diferencia de los medicamentos, no existe evidencia científica concluyente que respalde su efectividad. Aun así, los comerciantes pueden promocionarlos libremente, lo que ha llevado a que se les atribuyan propiedades para tratar diversos males.
Sin embargo, el problema va más allá de su dudosa eficacia. El doctor Elmer Huerta, asesor médico de RPP, advierte que muchos suplementos pueden interactuar de forma peligrosa con medicamentos recetados. "Muchísimos de estos suplementos interactúan o chocan, como se dice comúnmente, con las medicinas. Si tú estás tomando un tipo de estos de suplementos (una vitamina, un mineral) y estás tomando medicamentos, estos a veces actúan mucho y te intoxican o, a veces, actúan poco y no hacen efecto", señala el especialista.
Esta advertencia cobra mayor relevancia considerando que un reciente estudio realizado en Estados Unidos y Europa reveló que casi el 40 % de los médicos no pregunta a sus pacientes si están tomando suplementos durante la consulta. Esto pone en evidencia la importancia de que el paciente informe por iniciativa propia sobre cualquier producto que consuma, para evitar reacciones adversas o complicaciones médicas.
El Dr. Huerta ejemplifica los riesgos: la vitamina E y el ginkgo biloba -uno de los suplementos herbales más populares en el mundo- pueden aumentar el riesgo de sangrado si se combinan con anticoagulantes. De igual forma, la niacina puede provocar problemas musculares si se toma junto con estatinas, medicamentos utilizados para reducir el colesterol.
Incluso suplementos aparentemente inofensivos como las cápsulas de ajo pueden disminuir la eficacia de ciertos medicamentos, entre ellos la colchicina, la digoxina o la quinidina. Además, antibióticos como la doxiciclina, la minociclina o el ciprofloxacino pueden no absorberse adecuadamente si se toman con suplementos de magnesio.
En resumen, aunque los suplementos pueden parecer inofensivos por ser productos naturales o de libre venta, su consumo no está exento de riesgos cuando se combinan con tratamientos médicos. Por eso, es fundamental que los pacientes informen a sus médicos sobre todo lo que están tomando.