Era un día como otros. Martes 2:30 pm. en el distrito de San Miguel: “Me gustaría tener un préstamo”, le dije al asesor de plataforma del banco al que suelo ir siempre. No hay problema, me dijo; “en su caso lo único que necesita es dejar todas sus tarjetas de crédito en cero”, me explicó luego de hurgar en mi historial crediticio, rebuscarme en las centrales de riesgo y pasar por otros filtros.
Inmediatamente accedí a pagar la tarjeta de crédito que tenía con ellos, sin embargo, también tenía que cumplir con la misma tarea con una tarjeta que tenía en otro banco. Rápidamente me imaginé sacando el dinero que necesitaba e ir a la oficina más cercana, pero Juan, el asesor de plataforma, me dio como opción hacer una transferencia interbancaria para pagar dicha tarjeta, sin moverme del banco.
Afortunadamente era un buen día, no había cola para la atención en ventanilla y en menos de tres minutos ya estaba siendo atendida. “El solicitar este tipo de transacción es muy común entre los clientes”, me comentó la asesora de servicio”, mientras se disponía a entregarme una hoja para ser llenada con los datos para mi transacción.

En este formato único para hacer este tipo de transferencia tuve dos opciones: hacer transferencia a una cuenta de otro banco o pago a cuenta de una tarjeta de crédito. Evidentemente, elegí la segunda opción.
“Por lo general, hacen este tipo de transferencias cuando se trata de importes que superan los S/.5,000. La gente ya no se arriesga a salir a la calle con grandes sumas de dinero”, me dijo Melissa –la asesora de ventanilla-, apenas terminé de llenar el número de la tarjeta de crédito que dejaría en cero.
Además de especificar la cantidad que transferiría, nombre del otro banco al que pertenecía mi tarjeta y el importe en letras; en la parte posterior me dispuse a dejar mis datos personales y número de tarjeta porque para estos casos no se utiliza el CCI.
En menos de 5 minutos la transacción estaba hecha y mi tarjeta pagada al día siguiente. Fue así como evité desperdiciar el tiempo en trasladarme a otro banco. Tuve la tranquilidad de haber cumplido con mi objetivo: estar al día y, claro, esperar por ese préstamo que necesito.

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