Según DQ Institute, los niños pasan 32 horas en línea por semana para entretenerse. Depresión, nomofobia, phubbing y adicción a los videojuegos son algunas de las consecuencias del uso excesivo.
Estamos usando la laptop o la tableta y de pronto se va el Wi-Fi, nuestro acceso a Internet se corta y empezamos a sentir desesperación. Volvemos a encender la conexión, actualizamos y seguimos fuera de línea, entonces nos enfadamos y empezamos a gritar.
Si bien parece una acción cotidiana, podrían ser señales de tecnofilia, la adicción a las nuevas tecnologías o al Internet, una de las tantas consecuencias del uso no controlado de aparatos tecnológicos. En este contexto, la pregunta clave es: ¿Somos esclavos de la tecnología?
¿Por qué se desarrolla este tipo de dependencia?
Las llamadas tecnopatías son las enfermedades que se desarrollan por el uso excesivo de la tecnología, sobre todo en niños y jóvenes, quienes pueden pasar horas usando estas herramientas sin ningún tipo de regulación. Por esta razón, es siempre importante que los padres acompañen y guíen a sus hijos para que sepan cuándo y cómo usarlas en beneficio de su desarrollo.
Además deluso excesivo, otra de las razones es que las personas toman Internet como un lugar reservado donde pueden desestresarse y olvidar los problemas. Sienten que es una especie de bola mágica que los mantiene a salvo y libres de cualquier prejuicio o complicación, así evitan asumir sus responsabilidades en la vida real.
Los individuos con baja autoestima son más propensos a sufrir estas adicciones, pues necesitan siempre estar conectados y al tanto de lo que sucede en Facebook, Twitter o Instagram para sentirse parte de algún tipo de comunidad, así buscan aprobación de otras personas.
Para José Álvarez, psicólogo y especialista en el tratamiento de adicciones de la Asociación Mentes Abiertas, la adicción es el reusltado diversos tipos de carencia. Agrega que los cambios de humor y la irritabilidad son signos clave para empezar a sospechar que algo sucede.
¿Qué tipos de adicciones generan las nuevas tecnologías?
Imaginemos que son las 7 de la mañana y estamos listos para irnos de casa a estudiar o trabajar. Salimos, cerramos la puerta, caminamos 2 cuadras y notamos que nos falta algo: hemos dejado el celular en casa. Nos ponemos histéricos y preferimos volver para recogerlo sin importar si llegaremos tarde.
En otra situación, estamos usando el celular en el trabajo y nos quedamos sin batería, empezamos a sudar frío y salimos disparados a pedirle a alguien que nos preste cargador. La ansiedad sube y hacemos lo imposible por conseguir uno.
Estos son algunos ejemplos de nomofobia, es decir, el miedo irracional a salir de casa sin teléfono móvil o también considerado como la adicción a este. Se calcula que alrededor del 6% de la población mundial tiene este problema.
A su vez, la nomofobia puede generar otros problemas en la interacción social como el phubbing, que consiste en ignorar a la persona que nos acompaña presencialmente por tomar mayor atención al móvil, ya sea para jugar, revisar redes sociales o enviar correos.
Un problema serio se centra también en la adicción a los selfies, es decir, auto fotografiarse, principalmente con el móvil, para luego publicar las imágenes en redes sociales. Según expertos, esto puede ser síntoma de baja autoestima y hasta de un trastorno dismórfico corporal, esto es la preocupación excesiva por algún defecto corporal que la persona percibe de sí mismo, sea real o no.
Según un estudio publicado en la revista International Journal of Mental Health Addiction, las personas más propensas a sufrir de obsesión a los selfies son jóvenes de entre 16 y 20 años. Asimismo, el estudio encontró que los hombres (57,5%) presentaban mayor posibilidad de desarrollar esta adicción en comparación con las mujeres (42,5%). Datos que tomar en cuenta.
La adicción a los videojuegos también se ha intensificado con la aparición de redes sociales, el fácil acceso online ha motivado que cada vez más adolescentes se vuelvan adictos. De hecho, según la Organización Mundial de la Salud, el trastorno por videojuegos ya es considerado una enfermedad mental y se caracteriza por 3 puntos:
1) No controlar la conducta de juego, esto en cuanto a frecuencia, intensidad, duración y sin saber distinguir en qué lugares jugar y en cuáles no.
2) Cuando los juegos cobran mayor interés que otras actividades necesarias diarias.
3) A pesar de que se sabe que se están descuidando otros aspectos de la vida, se mantiene la conducta obsesiva.
Otros problemas que no son adicciones pero que también se presentan debido al uso desmedido de la tecnología son el síndrome de la llamada imaginaria, que es sentir que el móvil vibra o suena cuando en realidad no lo hace; y también el síndrome Google, que al encontrar todo n Internet, dejamos de poner en práctica nuestra memoria y preferimos buscar respuesta antes que pensar cómo responderlas.
¿Y los problemas físicos?
Estas adicciones no solo nos afectan en la parte psicológica, sino también en el cuerpo. El uso excesivo de las nuevas tecnologías crea malestares físicos como estos:
- Ojo seco. Pasar muchas horas frente a la pantalla produce resequedad y sensación de ardor en la vista, sobre todo cuando el brillo es alto.
- Síndrome del túnel carpiano. Es la presión que se da en el nervio que va desde el antebrazo hasta la mano y genera entumecimiento, dolor y debilidad. Es producido por largas horas de uso de videojuegos o también por textear demasiado.
- Sobrepeso u obesidad. Las personas que usan aparatos tecnológicos la mayor parte del día tienen mayor tendencia a ser sedentarias, y, por tanto, a padecer obesidad y enfermedades relacionadas como diabetes.
- Dolor de espalda. Muchas veces usamos el móvil echados en nuestra cama o usamos la computadora en el trabajo sin apoyar bien la columna y los brazos, esto produce dolores en la espalda que pueden impedir que estemos sentados o de pie por mucho tiempo.
- Dolores de cabeza. La sobreexposición a las pantallas también puede generar dolores de cabeza constantes, sobre todo cuando se usan redes sociales o se ven videos todo el día sin hacer pausas.
- Problemas de audición. Los audífonos y las llamadas telefónicas que duran largas horas pueden causar dolor de oído e incluso pérdida de la audición. Por esta razón, siempre es recomendable regular el nivel de sonido de los dispositivos.
Los especialistas recomiendan medir las horas de uso, así como respetar las horas de sueño para evitar este tipo de problemas. Generalmente las terapias físicas y el ajuste de postura diaria pueden ayudar con los dolores musculares, pero siempre es recomendable visitar a un médico si los síntomas continúan.
¿Cómo identificar y prevenir estas situaciones?
Aunque los más propensos a desarrollar este tipo de adicciones tecnológicas son lo adolescentes, debemos tener en cuenta que también los adultos estamos expuestos. La Dra. Kimberly Young, de la Universidad de Pittsburg y especialista en adicciones a Internet, publicó Test de diagnóstico de Adicción a Internet que puede servir para orientarnos de una manera básica sobre nuestro uso de redes.
Algunas de las preguntas que la especialista recomienda hacerse para identificar si estamos cerca de una adicción, son:
- ¿Con qué frecuencia se encuentra con que lleva más tiempo navegando del que pretendía estar?
- ¿Con qué frecuencia personas de su entorno le recriminan que pasa demasiado tiempo conectado a Internet?
- ¿Su actividad académica se ve perjudicada porque dedica demasiado tiempo a navegar?
- ¿Evade sus problemas de la vida real pasando un rato conectado a Internet?
- ¿Teme que su vida sin Internet sea aburrida y vacía?
- ¿Se siente molesto cuando alguien lo/a interrumpe mientras esta navegando?
- ¿Con qué frecuencia pierde horas de sueño pasándolas conectado a Internet?
- ¿Le ha pasado alguna vez eso de decir "solo unos minutitos más" antes de apagar la computadora o dispositivo móvil?
- ¿Prefiere pasar más tiempo online que con sus amigos en la vida real?
- ¿Se siente ansioso, nervioso, deprimido o aburrido cuando no está conectado a Internet?
Debemos tener en cuenta que la mejor forma de evitar las adicciones es previniendo. Lo mejor es hablar con nuestros hijos y regular el uso progresivamente. El Dr. Rolando Pomalima del Instituto de Salud Mental Honorio Delgado, indica que los padres no deben eliminar el acceso Internet de manera drástica pues esto podría generar una adicción mayor o reacciones agresivas.
El tratamiento apropiado, según el Dr. Javier García Campayo de la Universidad de Zaragoza, pasa por 4 fases principales: 1) reconocer que existe un problema, 2) buscar tratamiento para enfermedades asociadas a la adicción como la depresión, 3) reducir progresivamente el tiempo de uso, 4) recurrir a ayuda psicológica y grupos de autoayuda para entender el problema y 5) solo en casos de adicciones extremas podría ser necesaria ayuda farmacológica.
Es importante que la persona que sufre de algún tipo de adicción a la tecnología tenga el apoyo total de la familia y también fuerza de voluntad. Los padres deben estar atentos al comportamiento de sus hijos, acompañarlos siempre en el uso de dispositivos, dialogar con ellos y motivarlos a salir de casa para hacer actividades al aire libre.
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