Pasar por el proceso de trasplante de órganos puede resultar complicado tanto para el paciente como para el cuidador; sin embargo, vale la pena pues representa una nueva oportunidad de vivir.
Actualmente hay más de siete mil pacientes a la espera de una donación de órganos y tejidos para poder vivir. En el 2018, solo el 11% de las personas en lista de espera alcanzó a realizarse finalmente el trasplante.
Una cirugía de trasplante suele durar entre cuatro y nueve horas en promedio, aunque cada procedimiento es único y tiene sus propias complicaciones. Para realizarlo es necesaria la intervención de más de 50 personas entre personal administrativo y de salud que apoyan desde el inicio, con la búsqueda de un posible donante, hasta la cirugía en sí misma.
Los pacientes que van a recibir un órgano o tejido donado tienen que prepararse en diversos aspectos. En la parte práctica, deben tener un cuidador de apoyo principal, una lista de teléfonos de contacto a la mano y tener sus maletas y documentos listos para poder internarse en el hospital de manera ágil.
En cuanto al aspecto emocional, recibir un órgano significa una nueva oportunidad de vivir, por lo que debe tratarse siempre con el cuidado necesario, sin generar sobre expectativas hasta que no se confirme el buen estado de los órganos y la cirugía. Además, deben informarse sobre los cuidados pre y posoperatorios para que entiendan todo lo que implica y tengan los cuidados necesarios.
En el caso de los cuidadores del paciente receptor, ellos también deben estar preparados tanto física como mentalmente. Asimismo, es ideal que busquen redes de apoyo en amigos y otros familiares para que puedan tener relevos y oportunidad de ser escuchados.
Después del trasplante
Se debe tener en claro que, si bien los trasplantes ayudan a mejorar en gran medida la calidad de vida de los pacientes, no son una cura total inmediata, pues requieren de tratamiento posterior y no evitan necesariamente enfermedades a largo plazo.
Luego de la cirugía, muchos de los síntomas de la enfermedad previa desaparecen, pero es muy importante seguir todos los cuidados postoperatorios indicados por el personal médico. Hay que tener en cuenta que el periodo de recuperación depende del órgano que ha sido trasplantado.
Los pacientes deben seguir un tratamiento médico a base de inmunosupresores, es decir, medicamentos que evitan que el cuerpo rechace el órgano. Junto a estos, se indican otras pastillas adicionales para evitar efectos secundarios. Mientras pasa el tiempo y se recuperan, la cantidad de medicamentos disminuye.
Una vez que ya pasó un tiempo de recuperación, los pacientes trasplantados son capaces de volver a hacer sus actividades regulares. Muchos son capaces de correr y subir escaleras nuevamente sin problema; sin embargo, antes de volver a hacer mucho ejercicio físico o deporte se debe tener la autorización del médico. Asimismo, es probable que la alimentación cambie por una más saludable, resaltando el consumo diario de agua, frutas y vegetales.
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