Ingeniera química diseñó y construyó un prototipo de planta de tratamiento de agua, que disminuye los niveles de turbiedad. Su prototipo busca mejorar la calidad de vida de los pobladores y cuidar el medioambiente.
Nazia Loayza, ingeniera química, nació en Ayacucho y toda su vida se enfrentó con un terrible mal: solo había agua turbia para beber. Con el objetivo de erradicar este problema, Loayza diseñó un prototipo para purificar el agua y beneficiar a los pobladores de las zonas más alejadas del país y contribuir con el cuidado del medio ambiente.
A sus 24 años, hace su sueño realidad: desarrolla estudios de investigación del agua gracias al apoyo de USAID y del Centro de Competencias del Agua (CCA). Nazia logró diseñar y construir un prototipo de planta de tratamiento de agua que baja los niveles de turbiedad, incluso para agua ácidas producidas por la minería, que tienen gran cantidad de arsénico, mercurio y otros metales pesados.
El invento mejorará la calidad de vida de la población, ya que podrá disminuir la tasa de desnutrición y bajará la frecuencia de las llamadas enfermedades hídricas, como tifoidea, gastritis, entre otros, añade Loayza.
La joven investigadora quiere generar un cambio en el distrito de San Rosa, en Ayacucho, donde creció. Si no encuentra ayuda para poner una planta de tratamiento que funcione para todo el distrito de Santa Rosa, por lo menos lo haré para mi mamá, comenta Nazia.
Un mejor futuro
Hay otros profesionales que desarrollan trabajos similares, que buscar beneficiar a las poblaciones que carecen de agua potable.
El Centro de Competencias del Agua (CCA) cuenta con el programa Agua Andes, cuyo propósito es entender los elementos que garantizan la seguridad hídrica desde las cumbres hacia los valles más bajos. Esta organización subvenciona los estudios de investigación de alumnos del último año del pregrado y de maestría, para que trabajen en proyectos orientados a dar soluciones a los problemas relacionados con la gestión del agua.
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