La oferta en educación virtual crece y uno de los retos es disminuir la deserción. Sobre esto conversamos con Gisselle Castro Velásquez, jefa de virtualización de la Dirección de Educación Continua de la Universidad de Lima, quien comparte cinco consejos para tener éxito en esta modalidad.
La oferta en educación virtual superior en el Perú está en crecimiento, y eso se debe a las nuevas necesidades de las empresas y de los profesionales, quienes requieren actualizarse en el menor tiempo posible y con acceso desde cualquier dispositivo, hora y lugar.
La nueva Ley Universitaria (30220) precisa que, como máximo, la mitad de una carrera de pregrado puede llevarse con modalidad a distancia (50 % de los créditos totales). A diferencia de esto, en Educación Ejecutiva tenemos mayor libertad en cursos y programas especializados, pues la misma norma indica que no pueden ser dictados exclusivamente a distancia, sin especificar el número de horas.
Para Gisselle Castro, el panorama en el Perú es favorable y esta ley ha sido una oportunidad para que las universidades empiecen a apostar por la educación virtual y propongan cursos con modalidad semipresencial (blended learning).
Sin embargo, aún existen algunos desafíos por afrontar, tales como eliminar los prejuicios sobre el aprendizaje virtual. Sobre este último punto ella comenta que “la modalidad virtual tiene otras ventajas y propuestas, se obtiene el mismo objetivo de enseñanza que en la modalidad presencial, pero de una manera diferente”.
¿Por qué optar por un curso virtual? (Y cómo terminarlo con éxito)
Lo primero que hay que distinguir es la diferencia en los términos. “La modalidad online quiere decir que hay un horario en que profesor y alumno deben conectarse. En cambio, en la Universidad de Lima hemos apostado por una educación virtual, porque es más flexible, no implica un horario específico, el contenido ya está cargado en el aula virtual y está disponible las 24 horas del día”, indica Castro. Y, sumado a eso, tenemos un encuentro online semanal (no calificado ni obligatorio) para intercambiar puntos de vista, revisar casos y aprender de la experiencia del otro.
Existen tres beneficios principales de la educación virtual: primero, la reducción de costos y tiempos (evita gastos de movilidad, de refrigerio y de impresión, se ahorra tiempo de traslados); segundo, la comodidad (se accede al curso donde se quiera y desde cualquier dispositivo); y, finalmente, la flexibilidad de tiempo y horario, ya que se amolda a los tiempos libres compatibles con la rutina diaria.
Sobre la deserción en los cursos virtuales (dejar un curso sin terminar), uno de los principales obstáculos y preocupaciones para los profesionales que optan por esta modalidad, la especialista comparte cinco consejos para completar los programas con éxito:
1) Organizarse en días y horas de estudio.
2) Calendarizar las actividades para tener presente las fechas límite.
3) Leer con cautela las indicaciones de los trabajos a realizar, sobre todo los indicadores de evaluación o rúbricas.
4) Revisar todo el material, tanto los videos como las lecturas.
5) En el caso de la Universidad de Lima, estar atento a las comunicaciones del tutor virtual, que avisa de las actividades según el cronograma.
Cursos virtuales a nivel nacional en Educación Ejecutiva en la Universidad de Lima
Con el fin de ampliar la cobertura educativa y el acceso al aprendizaje a nuevos grupos que antes se veían limitados geográfica e incluso económicamente, la Universidad de Lima opta por esta modalidad con cursos virtuales para ejecutivos a nivel nacional, a los que se puede acceder desde cualquier dispositivo y en cualquier momento del día.
La ventaja diferencial es que cuentan con tutoría virtual para el seguimiento del estudiante y, de manera opcional, con reuniones online una vez por semana, para debatir, compartir opiniones y revisar casos.
Para Gisselle Castro, la educación virtual se necesita humanizar porque lo tecnológico por sí solo puede ser también un freno para el aprendizaje, sobre todo cuando se aplican demasiados recursos tecnológicos o multimedia a la vez.
“Al humanizarla, lo que buscamos es que haya contacto con el profesor (encuentros sincrónicos en línea), instar al estudiante a ser responsable de su aprendizaje autónomo; todo ello, en nuestro caso, siempre acompañado del tutor virtual”, explica.
Es esencial no usar la tecnología a ciegas, sino que haya correspondencia entre los objetivos y materiales del curso. Por eso, el material educativo y los contenidos audiovisuales de cada curso han pasado por un diseño instructivo que cuida su pertinencia, actualización y extensión. Además, los docentes son profesionales posicionados en el medio y con amplia experiencia en casos prácticos.
“Nuestra propuesta es ofrecer la misma educación de calidad que en la modalidad presencial. En ambas modalidades (virtual y presencial) compartimos el mismo sílabo, es decir, llegamos al mismo objetivo y logramos las mismas metas de aprendizaje”, concluye Gisselle.
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