Adolescentes forman parte de Victoria, un programa que busca promover la equidad entre hombres y mujeres a través de la educación.
Según ONU Mujeres, en el último año, y antes de la pandemia, 243 millones de mujeres y niñas del mundo sufrieron violencia física o sexual por parte de parejas o miembros de su familia. Estos datos alarmantes no son ajenos a nuestro país y nos afectan diariamente. Por eso, como ciudadanía, tenemos la responsabilidad de cambiarlos.
“En mi casa viví momentos frecuentes de maltratos hacia mi madre y lo presencié junto a mi hermano, pero empecé a hacer el cambio desde mi persona y mi familia”, cuenta el joven Segundo García.
Nuestra sociedad está marcada por desigualdades que son toleradas y reproducidas en la interacción dentro de las familias, que con el tiempo terminan por convertirse en prácticas asumidas como naturales. No obstante, estas actitudes machistas también afectan el pleno desarrollo las niñas y niños a lo largo de su vida.
Por ello, el Proyecto Victoria, de la empresa agrindustrial Danper, ha sido creado para modificar conductas y transformar mentalidades a fin de construir espacios libres de discriminación y violencia contra las mujeres. De esta manera, trabajando con adolescentes de catorce a diecisiete años, este programa busca hacer frente a uno de los mayores desafíos que tenemos como región y país a través de la educación.
“Crecemos rodeadas de puros estereotipos machistas que minimizan a las mujeres, incluso a los hombres, por el simple hecho de su sexo”, comenta Jhosy Sandoval, que como más adolescentes en el mundo, también se ha visto obligada varias veces a realizar labores del hogar solo por ser mujer.
Sin embargo, esta experiencia le sirvió para cuestionar su rol en la sociedad y buscar desarrollar sus capacidades de liderazgo dentro del programa. Asimismo, Victoria también promueve nuevas masculinidades, donde los hombres tengan la oportunidad de ser sensibles sin ser juzgados y desarrollarse plenamente para convertirse en actores positivos de cambio.
“Creen que la mujer está para la casa, atender al marido y cuidar a los hijos mientras que los hombres deben trabajar y traer dinero. Pero nadie te puede decir que no puedes ser un cocinero o un diseñador de modas mientras tengas ese talento”, agrega Efraín Rojas, estudiante y participante del programa.
El Proyecto Victoria nació en el colegio trujillano José Olaya de Huancaquito Alto, en Virú, donde viven muchos trabajadores y trabajadoras de la empresa agroindustrial Danper. Desde un inicio, el programa buscó impactar en las mujeres y varones estudiantes de secundaria, entregándoles las herramientas necesarias para garantizar la sostenibilidad de la igualdad de género en el mundo laboral, social y personal.
En los últimos tres años, el proyecto ha beneficiado a 512 adolescentes en sus colegios, impactando así a cuatro comunidades. Por su lado, en la modalidad digital, 150 adolescentes se han inscrito en el aula virtual y 85 forman parte del módulo dirigido a fortalecer las habilidades de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
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