Una de las causas más frecuentes del abandono escolar es el embarazo. En un país en el que las cifras de niñas y jóvenes que dan a luz son alarmantes, es fundamental encontrar una solución para garantizarle a las mujeres una educación de calidad.
La crisis sanitaria por la COVID-19 no solo trajo consecuencias negativas para la actividad económica del país, sino también a nivel social. A pesar de los avances que el Perú presentó durante los últimos 20 años en materia de salud sexual y reproductiva de las mujeres, la pandemia ha significado un serio retroceso.
Una muestra de ello es el incremento de embarazos infantiles registrados durante el 2020. De acuerdo a cifras del Sistema de Registro del Certificado de Nacido Vivo (CNV) del Ministerio de Salud, el número de niñas menores de diez años que fueron madres se incrementó de 9 en el 2019, a 26 el año pasado.
Si bien es cierto, la tasa de niñas y adolescentes entre 11 y 19 años que dieron a luz el 2020 fue la más baja registrada en los últimos cinco años, hay que tener en cuenta que, al ser la CNV una base de datos oficial que se alimenta de la información que proveen los centros médicos, durante la pandemia estas cifras no han considerado los casos de partos extrahospitalarios o incluso de abortos clandestinos.
El embarazo infantil y adolescente no solo pone en riesgo la salud de las gestantes, sino también su acceso a la educación. La tercera razón más importante por la que las mujeres de 12 a 24 años abandonan sus estudios es el embarazo, según la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES), con una frecuencia mayor en las zonas rurales del país.
Dejar la escuela para dedicarse a ser madre
Las niñas y adolescentes que interrumpen su educación por convertirse en mamás generalmente asumen mayores responsabilidades en el hogar. El tiempo libre del que disponen para continuar sus estudios es sumamente escaso, lo que según estudios del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) e IDEA Internacional, configura un círculo de exclusiones que aleja cada vez más a la madre de acceder a una educación de calidad.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) 2019, las mujeres que tuvieron su primer hijo en la adolescencia, promediaron un menor nivel educativo en comparación a las mujeres que tuvieron hijos en edad adulta. De estas madres adolescentes, el 49.6% cuenta con educación secundaria y el 25.7% solo con educación primaria , mientras que una menor proporción accede a educación superior (18.8%). También es importante considerar que, del total, el 5.2% no concluyó ningún nivel educativo.
En la misma línea, un estudio de los investigadores Walter Mendoza y Gracia Subiría encontró que, en el área urbana, el efecto de haber tenido algún hijo en tercer, cuarto o quinto de secundaria reduce en 33% la probabilidad de acceder a educación superior, mientras que en el área rural se reduce aún más a 39%.
Un detalle no menor es el que los embarazos y la maternidad adolescente están asociados a matrimonios infantiles y uniones tempranas, según explicó María Eugenia Mujica, representante auxiliar del UNFPA, en el Foro Mujer y Bicentenario organizado por el Tribunal Constitucional. “Estas uniones tempranas y forzadas afectan al 67% de la población de las adolescentes que tienen entre 15 y 19 años, a cerca de 20% de las mujeres jóvenes de entre 20 y 24 años y afectan al 50% de quienes habitan en la Amazonía del país”, afirmó.
La importancia de una Educación Sexual Integral (ESI)
Datos del UNFPA recogidos al 2021 revelan que, en nuestro país, cada ocho minutos una adolescente entre 15 y 19 años da a luz. Esto no hace más que indicar que hay un problema urgente a ser resuelto y parte de la respuesta se encuentra en la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) en las escuelas, sostiene Yanet Razzetto, coordinadora técnica nacional de Educación de Plan International Perú.
“Si garantizamos la ESI, garantizamos que una niña tenga todas las herramientas para no ser una niña embarazada y pueda terminar su etapa escolar. Y si hay una situación de niña embarazada durante su proceso escolar tenemos que dale todo el soporte. Este enfoque hace que las niñas puedan conocer sus derechos, que puedan decir no, y que tengan mayor seguridad y control sobre su propia vida”, comenta Razzetto.
Prevenir el embarazo adolescente es una política que se está abordando de manera multisectorial en nuestro país, especialmente desde el sector educación a través de la inclusión del enfoque de género en el Currículo Nacional. Así, la ESI aparece como el “espacio de enseñanza y aprendizaje que promueve valores, conocimientos y actitudes para tomar decisiones conscientes y críticas con relación al cuidado del propio cuerpo, sobre las relaciones interpersonales y el ejercicio de la sexualidad”, tal como afirma el Minedu.
Para evitar que las niñas y las adolescentes interrumpan sus estudios por un embarazo, resulta crucial que aprendan que tienen el derecho a ejercer libremente su autonomía corporal: es decir, pueden y deben decidir de manera libre, consciente e informada sobre sus cuerpos y, por lo tanto, sobre su futuro. Solo garantizando esto, podremos avanzar en la consecución de un Perú con igualdad de género.
Mujeres de Cambio es una campaña organizada por RPP que busca transmitir la necesidad de tener más mujeres empoderadas desde pequeñas, que logren alcanzar sus sueños, que rompan los estereotipos y que estén mejor representadas.
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