Un pasaje histórico descrito en el primer libro de Reyes coincide con el marco de tiempo en que la estatua del faraón desconocido habría sido destruida.
(Agencia N+1 / Hans Huerto) “Y este es el relato del trabajo forzado que el rey Salomón redactó para edificar la casa del Señor y su propia casa y el Millo y el muro de Jerusalén y Hazor y Megiddo y Gezer” (Reyes 1 9:15).
El antiguo testamento da cuenta así de la edificación de Hazor, actualmente Tel Hazor, ciudad israelita al norte del Mar de Galilea. Hazor tuvo su florecimiento máximo en el periodo canaanita, y desde entonces alberga una de las más importantes colinas de restos arqueológicos (el nombre técnico de estas formaciones es tel).
El más reciente fruto del trabajo arqueológico en la zona es el hallazgo de una escultura de la cabeza de un faraón egipcio desconocido, de alrededor de 4.300 años de antigüedad, cuando la construcción de pirámides prosperaba en Egipto.
En el libro "Hazor VII: Las excavaciones de 1990-2012, la edad de bronce" (Sociedad de Exploración de Israel, 2017), recientemente publicado al respecto, los descubridores detallan que la pieza hallada en 1995 fue destruida cuando apenas tenía 1.000 años de antigüedad, posiblemente después de que una fuerza israelí dirigida por el rey Josué destruyó la ciudad, según han descubierto investigadores.
La discusión en el texto ha girado en torno a la presunta identidad del faraón, lo que motivó a los pobladores de Hazor a albergar su estatua y lo que condujo a su destrucción.
"Hazor debía estar ansioso por exhibir un objeto de prestigio relacionado con imágenes reales egipcias", escribieron los egiptólogos Dimitri Laboury y Simon Connor en un informe publicado en el libro [Batallas Bíblicas: 12 guerras antiguas levantadas de la Biblia].
Sobre su peluca corta se asoma el uraeus, la cobra representante de la diosa Udayet, que solo podía ser llevado como sello protector por los faraones y realeza.
"La representación de estos rasgos faciales en la pieza de Hazor es característica de la 5ª Dinastía [circa 2465-2323 AC], aunque no parece posible determinar con certeza a qué faraón representa", escribieron Laboury y Connor, que también señaló que los restos fueron una vez parte de una estatua más grande.
Hazor fue destruido a mediados del siglo XIII a. C., posiblemente por una fuerza israelí dirigida por el rey Josué. Un pasaje del Libro de Josué en la Biblia afirma que las huestes invasoras acabaron con un gran ejército liderado por "Jabin", un rey de Hazor. El pasaje también dice que después de destruir el ejército, Josué saqueó Hazor.
“Dios le dijo a Josué: «No les tengas miedo, porque mañana a esta hora ya los habré matado a todos delante de Israel. Pero ustedes, por su parte, tendrán que dejar inútiles a los caballos[a] y prenderles fuego a los carros de guerra» […] En esa época, el rey de Hazor gobernaba sobre los otros reinos de la región. Así que después de la batalla Josué y sus guerreros fueron a Hazor y la atacaron. Tomaron la ciudad, y mataron al rey y a todos los que vivían allí. No quedó nadie con vida, y la ciudad fue incendiada” (Josué 11). El pasaje histórico descrito en estos versículos bíblicos coincide con el marco de tiempo en que la estatua del faraón desconocido habría sido destruida, lo que confirmaría la destrucción del asentamiento a manos de Josué.
"Las grietas indican que la nariz se había roto y la cabeza se separó del resto de la escultura antes de ser destrozada", escribieron Laboury y Connor en su informe. "Curiosamente, ninguna otra parte de la estatuilla a la que pertenecía originalmente fue recuperada en el sitio". Pese a los exhaustivos estudios recogidos en el libro, el documento no es concluyente al afirmar posibles causas sobre por qué Hazor, a más de 400 km de El Cairo, registró tan inusual presencia de estatuas egipcias ni menos por qué todas las encontradas en restos parecen haber sido destruidas adrede en un momento dado. No obstante, todo apunta a la referida invasión de las fuerzas de Josué.
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