Los pobladores de la localidad de Flint sufrieron lesiones en la piel, caída del cabello, hipertensión, convulsiones, pérdida de la visión y de la memoria.
Alrededor de 30 mil pobladores de la localidad de Flint (Michigan, EE.UU.) se han visto afectados debido a que el agua que consumían estaba altamente contaminada con plomo, perjudicando gravemente su salud. Las autoridades decidieron declarar al pueblo en emergencia.
Los metales que contenía el agua contaminada les habían causado lesiones en la piel, caída del cabello, hipertensión, convulsiones, pérdida de la visión y de la memoria. Todo esto se debió a que presentaban plomo y cobre por encima de los niveles permitidos en la sangre, el cerebro, los huesos y órganos.
Según informa la BBC, el problema se originó cuando el entonces alcalde, Dayne Walling, desconectó al pueblo del sistema de agua de Detroit y eligió el río Flint como nueva fuente de suministro en abril de 2014. Al pasar por las tuberías del pueblo se desprendió plomo de ellas, el cual se integró a la corriente de agua y, de ahí, a la sangre de adultos y niños. El agua, lejos de dar vida, perjudicó severamente su salud.
En vista del desastre generado, la nueva alcaldesa de Flint, Karen Weaver, declaró estado de emergencia en la ciudad, para recibir ayuda del estado de Michigan y del Gobierno federal de EE.UU.
Tratando de reducir los daños, la alcaldía de Flint está distribuyendo filtros de agua gratuitamente, y esperan cambiar las tuberías del pueblo el próximo año. Debido a que se vieron afectados en su salud, los pobladores de Flint decidieron demandar al ex alcalde Walling, al gobernador de Michigan, Rick Snyder, y a otras autoridades.
Cabe resaltar que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el plomo afecta el desarrollo del cerebro en los niños, lo que causa que tengan un bajo coeficiente intelectual, déficit de atención, problemas de aprendizaje y comportamiento antisocial, daños que resultan irreversibles.
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