Aprovechando el eclipse total del pasado 21 de agosto, más de 400 investigadores participaron en el estudio de cómo reaccionan estos animales ante este fenómeno.
(Agencia N+1 / Víctor Román). Cada animal responde de manera distinta frente a los eclipses solares. Por ejemplo, mientras los humanos nos maravillamos, las aves comienzan a dormir y los peces nocturnos empiezan a emerger. Sin embargo, de acuerdo a una investigación publicada en Annals of the Entomological Society of America, hay un insecto que responde de manera extraña: las abejas.
Debido a que se sabía poco sobre el comportamiento de estos fascinantes animalitos, un grupo de investigadores de la Universidad de Missouri (UM) decidieron aprovechar la ciencia ciudadana y el eclipse total de sol del 21 de agosto del año pasado para estudiarlos.
Aprovechando el último eclipse
Más de 400 científicos, científicos ciudadanos y estudiantes de escuelas establecieron 16 estaciones de monitoreo acústico en las regiones que permanecerían a oscuras durante el eclipse. La intención era escuchar y registrar cualquier zumbido de abejas.
El sistema, que recientemente había sido probado en el campo por el biólogo Candace Galen de la (UM) para registrar la actividad de polinización a través de la escucha de sonidos de abejas, consistía en pequeños micrófonos USB, los cuales fueron colocados en áreas alejadas del tránsito de personas, con altos niveles de actividad de polinización de las abejas, junto con sensores de luz y temperatura en algunos lugares. "Parecía el ajuste perfecto", dijo Galen. "
“Los diminutos micrófonos y los sensores de temperatura podrían colocarse cerca de las flores horas antes del eclipse, lo que nos dejaba libres para ponernos nuestras elegantes gafas y disfrutar del espectáculo", agregó el investigador. Cuando terminó el eclipse, los dispositivos fueron devueltos al laboratorio de Galen, donde los datos recopilados. Aunque no había forma de saber qué especies de abejas zumbaban, las más comunes en las áreas eran abejorros (Bombus) o abejas (Apis mellifera).
Silencio
"Anticipamos, sobre la base de la gran cantidad de informes en la literatura, que la actividad de las abejas disminuiría a medida que la luz se atenuara durante el eclipse y alcanzaría un mínimo en la totalidad", dijo Galen. "Pero no esperábamos que el cambio fuera tan abrupto, que las abejas siguieran volando hasta la totalidad y solo entonces se detuvieran por completo. Fue como 'apagar las luces' en el campamento de verano. Eso nos sorprendió", añade.
En las 16 ubicaciones, solo se grabó un solo zumbido durante la totalidad del eclipse. Pero lo que escucharon justo antes y después de la totalidad (durante el tiempo en que la Luna fue tapando la luz del sol) también fue bastante interesante. Las abejas volaron por más tiempo, lo que Galen interpretó como una velocidad de vuelo más lenta. La explicación podría tener sentido ya que las abejas tienden a volar más lentamente al anochecer cuando regresan a su colmena. Al parecer su reacción es similar a la de los peces y aves que parecen interpretar la oscuridad repentina de un eclipse como el final del día.
Sin embargo el estudio también arroja información sobre lo sensibles que pueden ser las abejas a la contaminación ambiental. "El eclipse nos dio la oportunidad de preguntarnos si el nuevo contexto ambiental alteraría la respuesta conductual de las abejas a la luz tenue y la oscuridad", dijo Galen. "Como descubrimos, la oscuridad completa provoca el mismo comportamiento en las abejas, independientemente del momento o el contexto. Y esa es información nueva sobre su cognición", añade el investigador.
La cognición de estos insectos es justamente uno de los campos en los que los científicos se han centrado en los últimos años. Diversas investigaciones han encontrado que las abejas pueden entender el cero, tener una preferencia diestra y zurda, y funcionar como neuronas cuando están en su panal.
Esta noticia ha sido publicada originalmente en N+1, ciencia que suma.
Comparte esta noticia