Los llamados exoplanetas mantienen altos índices de dióxido y monóxido de carbono, lo que provoca que puedan surgir bacterias y microbios, pero no la vida compleja como la de los seres humanos.
Investigadores de la Universidad de Riverside, California han publicado un estudio en el que sugieren que el área que se presumía comúnmente con características habitables para la vida podría ser muy inferior al que se cree.
Publicado en el Astrphysical Journal bajo el nombre de "Una limitada zona para la vida compleja", la investigación revela que el principal motivo por la reducción de posibilidades es que no se ha considerado las atmósferas tóxicas (alto nivel de gases como el diócido de carbono y el monóxido de carbono) en los llamados exoplanetas, los cuales solo permitirían la presencia de microbios y bacterias, pero no de vida compleja.
En el pasado, los investigadores definieron la "zona habitable" basándose en la distancia entre el planeta y su estrella. Los planetas que, como la Tierra, orbitan a la distancia correcta para adaptarse a las temperaturas en las que podría existir agua líquida en la superficie planetaria, se considerarían "habitables".
Timothy Lyons, uno de los coautores del estudio, ha afirmado que “esta es la primera vez que se considera que los límites fisiológicos de la vida en la Tierra predicen la distribución de la vida compleja en otras partes del universo”. El biogeoquímico también considera que “los resultados muestran que, si tenemos en cuenta la definición tradicional de zona habitable, los ecosistemas que es posible encontrar en la Tierra sencillamente no podrían existir en la mayoría de esas regiones de otros sistemas”.
Pese a ello, los investigadores no pierden las esperanzas de encontrar señales de vida extraterrestre en el universo. Lo positivo del asunto es que la reducción de planetas "habitables" a unos 4 000 posibilita una mayor concentración de esfuerzos en su estudio.
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