La investigación analiza los datos obtenidos por la sonda Cassini de la NASA.
Encélado, la sexta luna más grande de Saturno, es uno de los blancos de investigación más importante de nuestro sistema solar. El astro mantiene moléculas necesarias para la vida y la NASA considera que es uno de los candidatos más sólidos para ello.
Ahora, una nueva investigación realizada a partir de datos de la sonda Cassini, señala que mantiene grandes cantidades de metano, las cuales podrían estar relacionadas a la existencia de vida microbiana.
El estudio
Investigadores de la Universidad de Arizona y de la PSL Research University de París han señalado que las elevadas cantidades de metano en Encélado no pueden ser producidos por la actividad hidrotermal u otros procesos geoquímicos, como se pensaba. Su estudio se publicó en Nature Astronomy.
“Queríamos saber: ¿Podrían los microbios similares a la Tierra que ‘comen’ dihidrógeno y producen metano explicar la cantidad sorprendentemente grande de metano detectada por Cassini?” explicaba el biólogo de la Universidad de Arizona Regis Ferriere, coautor del nuevo estudio.
Los investigadores crearon un modelo matemático en la que simulaban la creación de todo el metano de Encélado con elementos semejantes en la Tierra, llegando a la conclusión de que solo existen dos posibilidades: o vida microbiana o un proceso hidrotermal desconocido hasta el momento. Por ejemplo, el metano primordial podría haber sido capturado dentro de la luna de la nebulosa solar durante la formación del Sistema Solar, y eso podría estar filtrándose. Otra posibilidad es la descomposición de la materia orgánica primordial, produciendo metano como subproducto. Estas fuentes son difíciles de modelar, pero aún podrían ser un factor.
Los investigadores no señalan que esta sea una conclusión, sino una probabilidad, pero que podría acercar a mayores conocimientos del misterioso Encélado.
Encélado, una pequeña bola congelada de unos 500 kilómetros de diámetro (aproximadamente 1/7 del diámetro de la luna de la Tierra), es la sexta luna más grande de Saturno. A pesar de su pequeño tamaño, Encélado atrajo la atención de los científicos en 2014 cuando un sobrevuelo de la nave espacial Cassini descubrió evidencia de su gran océano subterráneo y tomó muestras de agua de erupciones similares a géiseres que ocurren a través de fisuras en el hielo en el polo sur. Es uno de los pocos lugares del sistema solar con agua líquida (otro es Europa, la luna de Júpiter), por lo que es un objetivo de interés para los astrobiólogos que buscan signos de vida.
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