La NASA cree que Bennu tiene pocas posibilidades de chocar con la Tierra. Sin embargo, si esto sucediera, ya hay una fecha prevista.
El asteroide Bennu, visitado hace poco por la sonda OSIRIS-REx, tiene una ínfima probabilidad de chocar contra la Tierra: una entre 2700. Pese a ello, la NASA tiene que estar 100% segura que esto no suceda y, en el peor de los casos, ya tiene una fecha tentativa para este.
De acuerdo con la NASA, si el 0,037% de expectativa de impacto se cumple, se llevará a cabo el 24 de septiembre de 2182, más de 150 años desde hoy.
¿Para preocuparnos?
El estudio, titulado “Ephemeris and hazard assessment for near-Earth asteroid (101955) Bennu based on OSIRIS-REx data”, se publicó en la revista Icarus y muestra detalles sobre este acercamiento.
En 2135, el asteroide Bennu se acercará a la Tierra. Aunque el objeto no representará un peligro para nuestro planeta en ese momento, los científicos deben conocer la trayectoria exacta de Bennu durante ese encuentro, para predecir cómo la gravedad de la Tierra alterará la trayectoria del asteroide alrededor del Sol y pueda afectar potencialmente al peligro de impacto sobre la Tierra.
Usando la Deep Space Network de la NASA y modelos informáticos de última generación, los científicos pudieron reducir significativamente las incertidumbres de la órbita de Bennu, determinando que su probabilidad de impacto durante el año 2300 es de aproximadamente 1 entre 1.750 (o 0.057%). Los investigadores también pudieron identificar el 24 de septiembre de 2182 como única fecha significativa en términos de un impacto potencial, con una probabilidad de impacto de 1 entre 2.700 (o aproximadamente 0.037%).
Aunque las posibilidades de que golpee la Tierra son muy bajas, Bennu sigue siendo uno de los dos asteroides conocidos más peligrosos de nuestro sistema solar, junto con otro asteroide llamado 1950 DA.
Antes de salir de Bennu, el 10 de mayo de 2021, OSIRIS-REx estuvo más de dos años muy cerca del asteroide, recopilando información sobre su tamaño (tiene aproximadamente 500 metros de ancho), forma, masa, y composición, mientras se monitoreaba su giro y trayectoria orbital. La nave espacial también recogió una muestra de roca y polvo de la superficie del asteroide, que traerá a la Tierra el 24 de septiembre de 2023, para una mayor investigación científica.
“Los datos de esta misión orbital nos ayudaron a apreciar mejor las posibilidades de impacto de Bennu durante los próximos dos siglos y maximizaron nuestra comprensión general de los asteroides potencialmente peligrosos, un resultado increíble”, dijo Dante Lauretta, investigador principal de OSIRIS-REx y profesor de la Universidad de Arizona. . “La nave espacial ahora está regresando a casa, con una preciosa muestra de este fascinante objeto antiguo que nos ayudará a comprender mejor no solo la historia del sistema solar sino también el papel de la luz solar en la alteración de la órbita de Bennu, ya que mediremos las propiedades térmicas del asteroide en escalas sin precedentes con los laboratorios de la Tierra".
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