Para la agencia espacial, que un asteroide esté a menos de 0.05 unidades astronómicas, es motivo de preocupación.
Durante las últimas horas, se ha hablado mucho sobre el "acercamiento peligroso" de un asteroide con nuestro planeta para el 6 de mayo de 2022. ¿Realmente impactará contra la Tierra?
El asteroide en cuestión es el '2009 JF1', una roca del grupo llamado Apolo en el universo. Descubierto en mayo de 2009, un día antes de su aproximación más cercana a la Tierra, según la información difundida por la Agencia Espacial Europea (ESA), es considerado el quinto asteroide con más peligro de impacto.
Hace 11 años fue visto gracias a Sentry, un sistema de seguimiento automatizado que escanea continuamente el catálogo de asteroides que analiza las posibilidades de que pueda impactar con la Tierra en los próximos 100 años. Se cree que mide 13 metros de diámetro y no 130 como se especulaba.
Efectivamente, estos datos son correctos y pueden ser apreciados en la lista de información del Centro para el Estudio de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS, por sus siglas en inglés) del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, la cual se encarga de llevar el monitoreo central de estos cuerpos celestes.
En los últimos años, la NASA se ha centrado en encontrar objetos cercanos a la Tierra mayores de 140 metros, dado que el 90% de los de un kilómetro o mayores ya han sido localizados. En comparación, solo el 10% de aquellos más pequeños, pero potencialmente catastróficos, han sido localizados hasta la fecha.
Pero, ¿realmente chocará con la Tierra el 6 de mayo de 2022? ¿Podría destruir el planeta?
“Potencialmente peligroso”, dos palabras que producen miedo
En astronomía se denomina asteroide potencialmente peligroso o PHA (por las siglas de su nombre en inglés, potentially hazardous asteroid) a los objetos próximos a la Tierra cuya distancia mínima de intersección orbital con la terrestre es de 0,05 ua o menor.
Una ua o unidad astronómica mide 150 millones de kilómetros, la distancia media entre el planeta y el Sol. Para que un asteroide entre en la categoría de “potencialmente peligroso”, debe estar a menos de 7.5 millones de kilómetros de nuestro planeta, el cual es una larga distancia, pero pequeña para lo vasto del universo.
Entonces, cuando un asteroide ingresa en dicho rango, no significa que necesariamente chocará con la Tierra, sino que, cualquier desviación en su órbita podría dirigir su destino hacia nosotros. Pero, que suceda, es realmente improbable.
Por lo mismo, la NASA monitorea a todos estos cuerpos celestes y los clasifica para darle un mayor énfasis de seguimiento o no.
La ESA, quien dio mayor información sobre el asteroide '2009 JF1' en cuestión, asegura que existe una probabilidad de 1 en 4166 de que esto ocurra.
Por supuesto, sí hay misiones globales que buscan ponerse en alerta para el caso en el que un asteroide se desvíe e intente llegar al planeta.
El proyecto DART, un esfuerzo conjunto entre la NASA y el Laboratorio de Física Aplicada John Hopkins en Maryland, está dirigido a los asteroides que son demasiado grandes como para desintegrarse, lo que podría tener graves consecuencias para la Tierra si la impactan.
"DART sería la primera misión de la NASA para demostrar lo que se conoce como la técnica de impacto cinético -golpear el asteroide para cambiar su órbita- para defenderse de un potencial futuro impacto de un asteroide", dijo Lindley Johnson, funcionario de Defensa Planetaria de la NASA en Washington, en 2017.
Su primera prueba será en 2022 con una misión algo ambiciosa por parte de la agencia: impactar a un asteroide que pasará cerca de la Tierra. Se trata de Didymos, que se encontrará "a solo" 13 millones de kilómetros de distancia de nuestro planeta en 2022.
Otro ejemplo de ello es el caso del asteroide Apophis. Este cuerpo tendrá una aproximación extremadamente cercana a la Tierra el viernes 13 de abril de 2029, cuando su cuerpo de 300 metros de tamaño se hará visible a simple vista al pasar dentro del cinturón de satélites de comunicaciones que orbitan la Tierra.
En aquella fecha, los científicos de todo el mundo intentarán descifrar una duda existencial (literal) en la ciencia: si es que la teoría de que choque con la Tierra en 2068 es cierta.
Todo es ciencia e investigación y es muy poco probable que tengamos una destrucción causada por el choque de un asteroide. Eso sí, ya sabemos cuáles son las consecuencias de que eso ocurra, por lo que es vital el respectivo monitoreo y el avance en las tecnologías de defensa planetaria en el caso extremo de que esto suceda.
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