Los investigadores de la NASA quieren usarlos para conocer más de Venus, el destino de la agencia espacial para finales de década.
La NASA ha creado unos globos que pueden detectar terremotos desde el aire y está estudiando llevarlos a explorar Venus.
La primera prueba de estos globos fue en el 2019, en medio de una secuencia de terremotos en California con hasta 10 mil réplicas en una semana.
Los dispositivos fueron equipados con sensores de alta sensibilidad para medir vibraciones u ondas sonoras de baja frecuencia causadas por réplicas en la superficie, además de barómetros para medir ligeros cambios de la presión del aire.
¿Por qué Venus?
La NASA quiere enviarlos a Venus porque es imposible detectar los terremotos de la forma convencional, con sismómetros en la superficie, debido a que es un infierno de más de 400°C, así que, desde la atmósfera con condiciones cercanas a la de la Tierra, sí es posible.
"Gran parte de nuestro conocimiento sobre el interior de la Tierra, cómo se enfría y su relación con la superficie, donde reside la vida, proviene del análisis de ondas sísmicas que atraviesan regiones tan profundas como el núcleo interno del planeta", dijo Jennifer M. Jackson, William E Leonhard Profesor de Física Mineral en el Laboratorio Sismológico de Caltech y coautor del estudio.
“Decenas de miles de sismómetros terrestres pueblan redes espacialmente densas o permanentes, lo que permite esta posibilidad en la Tierra. No tenemos este lujo en otros cuerpos planetarios, particularmente en Venus. Las observaciones de la actividad sísmica fortalecerían nuestra comprensión de los planetas rocosos, pero el entorno extremo de Venus requiere que investiguemos técnicas de detección novedosas”, señala el comunicado de la NASA.
Si esto se pudiera lograr en Venus, los científicos habrían encontrado una manera de estudiar el enigmático interior del planeta sin tener que colocar ningún hardware en su superficie extrema.
Enviar globos a Venus ya ha demostrado ser factible. Los dos globos de la misión Vega desplegados allí en 1985 por una cooperativa liderada por los soviéticos transmitieron datos durante más de 46 horas. Ninguno llevaba instrumentos para detectar actividad sísmica. Ahora, este estudio demuestra que la técnica para detectar infrasonidos en Venus también puede ser posible. De hecho, debido a que la atmósfera de Venus es mucho más densa que la de la Tierra, las ondas sonoras viajan de manera mucho más eficiente.
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