Nuevos cálculos arrojan que el gas en la atmósfera de K2-18 b pueden ser de metano y no de agua, como se indicó en un estudio de 2019.
El descubrimiento de agua en la atmósfera de un exoplaneta potencialmente habitable, anunciado en 2019, ha quedado en entredicho en un nuevo estudio, indicó su autor este lunes.
"Es posible que haya vapor de agua alrededor de K2-18 b, pero por el momento no estamos seguros", declaró el astrofísico Bruno Bézard, del Observatorio de París-PSL.
Los cálculos realizados con los datos de entonces concluyen que se detectó metano y no agua, según el estudio publicado el jueves en Nature Astronomy. Pese a ello el científico quiere creer que "no solo hay metano sino también vapor de agua" en la atmósfera del planeta, situado en la constelación de Leo, a 110 años luz del sistema solar.
El anuncio de 2019 sacudió el mundo de los planetólogos porque se trataba del primer, y hasta ahora único, exoplaneta situado en la llamada "zona habitable", es decir que, como la Tierra, no está ni demasiado cerca ni demasiado lejos de su estrella para que exista agua en estado líquido y la vida sea posible.
Con una masa ocho veces superior a la de la Tierra, K2-18 b se describe como una "supertierra" o "mini-Neptuno".
Nuevos cálculos
El estudio de 2019 utilizó observaciones del telescopio espacial Hubble para analizar la luz filtrada a través de la atmósfera del planeta. Los resultados revelaron la firma molecular del vapor de agua, afirmaron entonces sus autores.
El equipo de científicos del Observatorio de París y del Instituto Max Planck alemán retomó ahora esos datos. Aunque no discuten la posibilidad de detectar la presencia de agua, afirman que las señales registradas "podrían deberse perfectamente al metano", según Bézard.
En particular, cuestionan el hecho de que el estudio de 2019 descartara cualquier escenario en el que la atmósfera contenga metano, un gas compuesto por carbono e hidrógeno.
"No está claro por qué favorecieron los modelos en los que no hay metano", apunta el científico.
El telescopio espacial James Webb (JWST), lanzado hace pocos meses y mucho más potente que el Hubble, podría ayudar en esclarecer la cuestión.
Según Bézard ya está previsto un tiempo de observación de la atmósfera de K2-18 b. "Con esto, podremos determinar si efectivamente hay vapor de agua y en qué proporción", concluye. (AFP)
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