Por primera vez, los científicos pueden analizar el polo sur del Sol gracias a las imágenes captadas por la sonda Solar Orbiter, que se acercó lo suficiente para observar una región hasta ahora inexplorada.
En un hito sorprendente, una sonda europea ha logrado lo que nunca antes había sido posible: obtener imágenes directas y claras del polo sur del Sol. Este avance histórico es resultado de la misión Solar Orbiter, desarrollada por la Agencia Espacial Europea (ESA) en colaboración con la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA).
La Solar Orbiter es la nave que más cerca ha estado del Sol y ha sido diseñada especialmente para estudiar nuestra estrella desde ángulos nunca antes explorados y perspectivas únicas. Gracias a esta misión, la humanidad puede ver por primera vez el polo sur del Sol, una región que siempre había estado fuera de nuestro alcance visual.
La nave fue lanzada el 5 de febrero de 2020 y, desde entonces, ha ido modificando poco a poco su trayectoria para lograr observar el Sol desde diferentes posiciones. El 23 de marzo de 2025, por primera vez, la Solar Orbiter alcanzó una inclinación de 17 grados respecto al ecuador solar, lo que permitió observar directamente el polo sur.
Una nueva perspectiva del Sol
Hasta ahora, todas las imágenes que se tenían del Sol habían sido tomadas desde la misma perspectiva. Esto se debe a que la Tierra, los demás planetas y la mayoría de las naves espaciales se mueven en trayectorias casi planas alrededor del Sol. La Solar Orbiter cambió esto al salir de ese plano y ofrece una vista completamente nueva.
Para capturar estas imágenes, la nave usó varios instrumentos avanzados. Gracias a ellos, se descubrió que el polo sur del Sol tiene un campo magnético desordenado, con polaridades opuestas. Este es un indicio claro de que el Sol está atravesando una fase conocida como 'máximo solar', en la que su campo magnético se invierte.
El ciclo solar: claves para entender el Sol
El Sol sigue un ciclo de actividad de unos 11 años, durante el cual su actividad magnética aumenta o disminuye, lo que se refleja en la aparición de manchas solares y en la intensidad de las tormentas solares. Al final de cada ciclo, el Sol cambia la orientación de sus polos magnéticos. Actualmente, el Sol está en el momento en que este intercambio de polaridades está ocurriendo, lo que explica las observaciones del Solar Orbiter.
Este logro no es el final de la misión. En los próximos años, la nave continuará ajustando su trayectoria con la ayuda de acercamientos a Venus. Está previsto que el 24 de diciembre de 2026 alcance una inclinación de 24 grados y, finalmente, el 10 de junio de 2029, llegue a una inclinación de 33 grados respecto al ecuador solar. Esto permitirá obtener imágenes aún más detalladas de los polos solares.
La observación de los polos del Sol es clave para comprender mejor cómo funciona su campo magnético y para mejorar las predicciones de la actividad solar, que pueden afectar las comunicaciones, los satélites y las redes eléctricas en la Tierra.
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