Científicos estadounidenses han anunciado el primer diseño de un biorobot hecho a base de células de una rana, y puede vivir hasta una semana. ¿Cómo podría ayudar en la medicina moderna?
Un biorobot podría ser útil en la medicina y farmacia, pero todavía los avances tecnológicos no han logrado llegar tan lejos para solucionar problemas tan complejos. Sin embargo, la posibilidad de fabricarlo marcaría el primer paso para revolucionar la ciencia. Un grupo de científicos en Estados Unidos presentó el primer diseño de estos robots hechos con células de rana.
El nombre está basado en la mezcla de la tecnología y vida, se trata de un robot biológico creado a partir de células musculares y la piel de rana de uñas africana (Xenopus laevis). Con al menos unos cientos de células, estas máquinas vivientes miden aproximadamente un milímetro. A través de un agregado celular, se generaron diversos modelos del biorobot.
Los diferentes diseños de estas máquinas pueden realizar tareas, pero todo en base a la disposición de sus células contráctiles y pasivas. De esta manera, las primeras permiten que el biorobot pueda moverse en dirección o círculos, o capturar objetos en un agujero. Asimismo, lo importante puede llegar a ser cómo realizan sus tareas en colectividad.
Pueden trabajar juntos moviendo objetos y transportarlos gracias a sus movimientos. A pesar de que los científicos han descubierto que son resistentes, pueden reconstruirse tras una lesión, solo duran una semana. Sus células no se reproducen, y cuando se destruyen, estas desaparecen debido a que son completamente biodegradables.
¿PARA QUÉ SON ÚTILES?
Las actividades que puedan realizar son múltiples, ya que son robots biológicos microscópicos, no invasivos y que se degradan en una semana. ¿Qué podrían hacer en una escala tan diminuta? Entre las posibilidades surgen más de una idea: la detección de tumores, despeje de arterias obstruidas o la facilidad de administración de fármacos internamente.
Así también, no estarían lejos de participar en una microcirugía, en este caso, ayudando a trabajar sobre los tejidos. Por otro lado, las funciones no solo se limitarían a nivel interno de los seres humanos, sino en áreas contaminadas con sustancias tóxicas.
Por ejemplo, podrían ser los encargados en la limpieza de microplásticos en una masa de agua, de forma que puedan moverlos y transportarlos a una zona en común. No obstante, por más de que se piensen en un sinfín de tareas para los biorobots, hace falta más investigaciones para que se conviertan en una realidad.
Hasta el momento, solo se tienen los primeros diseños de los biobots, calificados como organismos que no necesariamente son seres vivos, pero están hechos a base de células vivas. El desarrollo de máquinas vivientes programables marca un punto de partida para debatir sobre sus usos en el futuro.
Comparte esta noticia