En Ampliación de Noticias, el paleontólogo Mario Urbina habló sobre el descubrimiento y recuperación de los restos del animal más pesado que habitó la tierra, así como de los objetivos de su investigación.
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‘Perucetus colossus’: el objetivo de los paleontólogos es encontrar la cabeza del animal
La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) presentó ayer los restos fósiles del Perucetus colossus, cetáceo prehistórico considerado como el animal más pesado que habitó la Tierra.
Esta mañana, en Ampliación de Noticias, el paleontólogo Mario Urbina habló sobre el histórico descubrimiento, que en pocas horas ha dado la vuelta al mundo.
“Me tardó cuatro años convencer a la comunidad científica de que había encontrado algo fuera de lo común. El tamaño que tiene este animal no tiene antecedentes en otros fósiles a nivel mundial”, refirió.
“Para darte una idea, del animal acuático más grande que existía hace 37 millones de años, tú puedes cargar una vértebra con una sola mano. En el caso del mío, tienes que requerir seis personas para, aunque sea, levantarlo 10 centímetros”, añadió.
El experto señaló que recuperar los restos del Perucetus colossus ha sido un trabajo harto complicado, teniendo en cuenta de que el equipo debió trabajar prácticamente “a mano”, retirando toneladas de roca para poder liberar los fósiles.
“Tengo que romper ocho metros de roca para llegar a una vértebra, y esos ocho metros de roca generalmente los hemos roto a mano, con pico y cincel. Ahora ya cuento con máquina”, comentó.
El objetivo: encontrar la cabeza
Mario Urbina señaló que su objetivo inmediato es encontrar la cabeza fosilizada del Perucetus colossus, ya que esto permitirá conocer más sobre este animal: su alimentación y sus reales dimensiones.
“Yo preferiría no ponerle peso y tamaño (al animal) hasta que no tengamos el esqueleto completo. Uno interpreta los huesos comparándolos con otros y tener un mal cálculo”, advirtió.
Sin embargo, conseguir este objetivo -explicó- no es algo seguro, teniendo en cuenta de que no se tiene la certeza de que la cabeza fosilizada se encuentre en el yacimiento donde se encontraron las vértebras.
“Necesito suerte. No sé si la cabeza está ahí. Y cada metro que avanzo es plata y, cuando me tire el cerro o lo destruya y no haya fósil, he perdido la plata”, manifestó.
“(Donde está el fósil) no es una tierra orgánica que uno viene con una lampita. No. Es cemento. Son ocho metros de concreto que tengo que romper para llegar a un hueso que es delicado como un wafer”, comentó.
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Sobre el nombre
Mario Urbina contó detalles del origen del nombre Perucetus colossus, que hace clara evidencia al país donde fue encontrado el animal.
“Legalmente yo (tenía que ponerle nombre), porque yo lo encontré. Pero siempre dejo la alternativa al resto (de mi equipo). Querían ponerle un nombre afrancesado. El fósil es peruano, yo quería ponerle ‘Cholosaurio’”, refirió.
“Este fósil, para mí, me ha traído solo desgracias, pero para el Perú debe convertirse en el embajador del Perú. Tenemos el animal más extraordinario, porque este animal rompe todas las reglas. Nadie sabe exactamente qué comía, cómo vivía”, añadió.
Sobre el lugar donde fue encontrado el fósil, en la localidad de Ocucaje (región Ica); el especialista indicó que fue una zona que estuvo ocupada por el mar en varios momentos de la prehistoria.
“Ocucaje no fue un solo día mar. Ha habido muchas transgresiones marinas en los últimos 45 millones de años. Son pulsaciones en las que el mar se introduce en el continente y, al introducirse, forma distintos nichos ecológicos, diferentes ambientes”, sostuvo.
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