Un equipo de investigadores llegó a esta conclusión luego de estudiar los hábitos de fumar y beber café de unas 250.000 personas.
(Agencia N+1 / Hans Huerto). Un reciente estudio de la Universidad de Bristol, publicado en el repositorio de investigaciones científicas bioRxiv, ha establecido cuál es la relación causal entre fumar un cigarrillo y ser presa de un súbito arrebato por tomar una buena taza de café. Fumar posiblemente te hace ansiar más bebidas con cafeína al modificar tu metabolismo a fin de que tu organismo descomponga la cafeína más rápido, empujándote ello a beber más café para obtener el estado de alerta al que induce regularmente esta bebida.
El equipo liderado por Marcus Munafò de la Universidad de Bristol estudió los hábitos de fumar y beber café de unas 250.000 personas, a partir de bases de datos de servicios de salud en el Reino Unido, Noruega y Dinamarca, con particular interés en personas que habían heredado una variante de un gen que ya se ha demostrado que aumenta el tabaquismo.
El equipo descubrió que las personas que tenían esta variante genética también consumían más café, pero solo si fumaban. Entre británicos se observó que además aumentaba su consumo de té (otra bebida con cafeína, de la cual el Reino Unido es el tercer mayor bebedor mundial), lo que no sucedía con daneses y noruegos.
No obstante, con esto en mente, no se puede establecer una equivalencia entre cigarrillos fumados y tazas de café bebidas al día, pues la cantidad de nicotina que una persona obtiene al fumar dependerá del tipo de cigarrillo y la forma en que lo consuma, explica Munafò. La variante genética en cuestión codifica un receptor de nicotina, que no es conocido por interactuar directamente con la cafeína, por lo que se sugiere que fumar cigarrillos aumenta el consumo de cafeína y no al revés.
Hay una posibilidad de que el consumo de cigarrillos y el consumo de cafeína estén vinculados por el hábito y que los fumadores tiendan a asociar su consumo. Pero Munafò piensa que la nicotina en los cigarrillos también podría influir en la forma en que una persona metaboliza la cafeína. También es posible que el aparente vínculo entre fumar y tomar café cumpla con una función desconocida de la variante genética.
Lo cierto es que la relación entre fumar y café podría hacer más difícil para los fumadores dejar el hábito, dice Munafò. Si un fumador deja de fumar, pero continúa bebiendo un montón de café, puede que comience a experimentar efectos secundarios desagradables, tales como nerviosismo por no obtener la dosis de nicotina que asociaba su cuerpo a la de cafeína.

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